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Voto de Cinematic:
7
6.8
78,515
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Thriller. Drama
Estados Unidos, años 80. La Guerra Fría está en su apogeo, y los superhéroes, que antes habían sido admirados, ahora son perseguidos por la ley. Un día aparece muerto uno de ellos, "El Comediante", que trabajaba para la CIA. Su amigo Rorschach, el único héroe enmascarado en activo, emprenderá la investigación de su muerte, tras la que se oculta algo muy importante. Esperadísima adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons (1986). (FILMAFFINITY) [+]
25 de marzo de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una adaptación que ha encantado/gustado/horrorizado en la misma medida a fans y a gente ajena al cómic. Cada uno tiene un concepto diferente de lo que debe ser una buena adaptación, y es difícil llegar a un acuerdo, tal vez por la naturaleza rebelde de la película de Zack Snyder. Y es que Watchmen es una película indecisa, no sublima nunca un objetivo por encima de otro, y acierta y falla en los mismos lugares.
La presentación de personajes es generosa para quien no haya leído el cómic (tal vez demasiado, ya que llega a interrumpir la progresión de la historia), pero luego encontramos detalles que no se explican (el origen de Bubastis, el por qué de la máscara de Rorschach…). Es decir, atienden al público ajeno al cómic para luego ignorarlo. A su vez, se hacen concesiones al mainstream para luego huir de él. Podemos encontrar contradicciones así repartidas por toda la película. Todas ellas nos alejan más de saber si Watchmen es buena (como adaptación y como película). ¿Cómo podemos hablar de eso cuando el propio director no tiene claro si quiere hacer una buena adaptación o una buena película? Sin embargo, es en las pequeñas licencias que se toma Snyder donde encontramos destellos de cine auténtico: la puerta que va y viene en el baño de la cárcel mientras avistamos la cara de horror del enano ante una muerte segura, los títulos de crédito iniciales, el aumento de intensidad en el final de cierto personaje (en el cómic resulta muy repentino), añadiendo otro a escena que da importancia a su pérdida. Para mí, todo esto es mucho más apreciable que la vocación de literalidad cuasi-absoluta del resto del metraje, que sin embargo funciona bastante bien en la primera hora.
En una escena del cómic, después del rescate y estando en casa de Dan, Laurie se topa con un frasco que le regaló Jon y desea que vuelva. Acto seguido este aparece. En la película apenas han salido de la nave cuando Jon hace acto de presencia. Esta es una señal de la prisa con la que se sucederán todos los hechos posteriores, dejando a un lado el relativo equilibrio que había alumbrado el metraje hasta entonces.
Hay una opinión generalizada de que Matthew Goode no está a la altura de Ozymandias, pero yo no creo que el problema sea del actor. Se revelan datos sobre su admiración a Alejandro Magno en un momento inapropiado, como si fuera un diálogo trivial más, y lo mismo en otra escena con sus siervos. Uno ya se ha olvidado de eso para el final, que es cuando llega su momento. Lo que refuerza el tramo final del cómic es el detenimiento y mesura con el que se muestra la ideología de Ozymandias, haciendo que asimilemos cada concepto y lo integremos en su personalidad. Ahora bien, lo que en el cómic era detenimiento en la película es esquematismo, de modo que cuando quieren poner una idea aleatoria en voz de Ozymandias, esta pierde su valor, ya no refleja el todo de su ideología, es sólo palabrería y se queda en nada.
La presentación de personajes es generosa para quien no haya leído el cómic (tal vez demasiado, ya que llega a interrumpir la progresión de la historia), pero luego encontramos detalles que no se explican (el origen de Bubastis, el por qué de la máscara de Rorschach…). Es decir, atienden al público ajeno al cómic para luego ignorarlo. A su vez, se hacen concesiones al mainstream para luego huir de él. Podemos encontrar contradicciones así repartidas por toda la película. Todas ellas nos alejan más de saber si Watchmen es buena (como adaptación y como película). ¿Cómo podemos hablar de eso cuando el propio director no tiene claro si quiere hacer una buena adaptación o una buena película? Sin embargo, es en las pequeñas licencias que se toma Snyder donde encontramos destellos de cine auténtico: la puerta que va y viene en el baño de la cárcel mientras avistamos la cara de horror del enano ante una muerte segura, los títulos de crédito iniciales, el aumento de intensidad en el final de cierto personaje (en el cómic resulta muy repentino), añadiendo otro a escena que da importancia a su pérdida. Para mí, todo esto es mucho más apreciable que la vocación de literalidad cuasi-absoluta del resto del metraje, que sin embargo funciona bastante bien en la primera hora.
En una escena del cómic, después del rescate y estando en casa de Dan, Laurie se topa con un frasco que le regaló Jon y desea que vuelva. Acto seguido este aparece. En la película apenas han salido de la nave cuando Jon hace acto de presencia. Esta es una señal de la prisa con la que se sucederán todos los hechos posteriores, dejando a un lado el relativo equilibrio que había alumbrado el metraje hasta entonces.
Hay una opinión generalizada de que Matthew Goode no está a la altura de Ozymandias, pero yo no creo que el problema sea del actor. Se revelan datos sobre su admiración a Alejandro Magno en un momento inapropiado, como si fuera un diálogo trivial más, y lo mismo en otra escena con sus siervos. Uno ya se ha olvidado de eso para el final, que es cuando llega su momento. Lo que refuerza el tramo final del cómic es el detenimiento y mesura con el que se muestra la ideología de Ozymandias, haciendo que asimilemos cada concepto y lo integremos en su personalidad. Ahora bien, lo que en el cómic era detenimiento en la película es esquematismo, de modo que cuando quieren poner una idea aleatoria en voz de Ozymandias, esta pierde su valor, ya no refleja el todo de su ideología, es sólo palabrería y se queda en nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Algo muy parecido sucede con el Dr. Manhattan, salvo que con este emplean más tiempo indagando en su pasado. Aún así, el episodio en Marte no consigue fascinar. De nuevo, las prisas. El poner algunas ideas en boca de los personajes, olvidándose de otras, y olvidándose de que esas otras pueden ser las que den sentido y hondura a las primeras. Todo esto es comprensible teniendo en cuenta la duración de la película, pero no justificable. No podemos ser condescendientes sólo por la dificultad que implica llevar a buen puerto una adaptación como esta. Lo que no funciona no funciona, y punto.
Otra cosa, la violencia. Hay una escena que está fuera de lugar, excesiva a todas luces. Me refiero a esa en la que Laurie y Dan pelean por primera vez en un callejón. Podemos ver navajas en el cuello, un brazo partiéndose a cámara lenta… Por otro lado, tenemos la escena del primer caso de Rorschach, que también acaba con violencia explícita. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos escenas? En la primera la violencia no es más que un capricho del director, algo gratuito que no afecta a la trama, mientras que en la segunda la violencia tiene un fin, ayuda a reflejar la deshumanización a la que Rorschach se ve abocado por crímenes aún más inhumanos. Luego tenemos escenas como la de Laurie y Dan peleando en la cárcel, que revelan la evidencia de que Snyder no ha sabido huir de sus tics, tal vez estilizados, pero fuera de contexto y enfrentados al mensaje que supuestamente quiere dar.
Me imagino a Snyder en un salón, rodeado de las piezas que conformarán su película. Con el sudor frío en la frente, desesperado, murmurando “esta y esta tienen que estar”, “de esta otra puedo prescindir”. Como el formato no le permite incluir todas las piezas, elige. Con algunas acierta, con otras no. Se aleja para ver el resultado. ¿Qué le ha quedado? Un collage atropellado y chapucero, pero en el que quedan trozos aprovechables. Entre ideas, personajes, principios estéticos y escenas que se cruzan y contrastan por su diversa eficacia, podemos ver algo de la intención deconstructiva de Alan Moore, de la nostalgia que sienten los personajes, de la decadencia de la sociedad y del ser humano en general, y esto nos lleva a pensar que el esfuerzo de Snyder tal vez no haya sido en vano. Tal vez haya merecido la pena.
Otra cosa, la violencia. Hay una escena que está fuera de lugar, excesiva a todas luces. Me refiero a esa en la que Laurie y Dan pelean por primera vez en un callejón. Podemos ver navajas en el cuello, un brazo partiéndose a cámara lenta… Por otro lado, tenemos la escena del primer caso de Rorschach, que también acaba con violencia explícita. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos escenas? En la primera la violencia no es más que un capricho del director, algo gratuito que no afecta a la trama, mientras que en la segunda la violencia tiene un fin, ayuda a reflejar la deshumanización a la que Rorschach se ve abocado por crímenes aún más inhumanos. Luego tenemos escenas como la de Laurie y Dan peleando en la cárcel, que revelan la evidencia de que Snyder no ha sabido huir de sus tics, tal vez estilizados, pero fuera de contexto y enfrentados al mensaje que supuestamente quiere dar.
Me imagino a Snyder en un salón, rodeado de las piezas que conformarán su película. Con el sudor frío en la frente, desesperado, murmurando “esta y esta tienen que estar”, “de esta otra puedo prescindir”. Como el formato no le permite incluir todas las piezas, elige. Con algunas acierta, con otras no. Se aleja para ver el resultado. ¿Qué le ha quedado? Un collage atropellado y chapucero, pero en el que quedan trozos aprovechables. Entre ideas, personajes, principios estéticos y escenas que se cruzan y contrastan por su diversa eficacia, podemos ver algo de la intención deconstructiva de Alan Moore, de la nostalgia que sienten los personajes, de la decadencia de la sociedad y del ser humano en general, y esto nos lleva a pensar que el esfuerzo de Snyder tal vez no haya sido en vano. Tal vez haya merecido la pena.