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Voto de janto:
8
7.8
32,437
5 de septiembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los últimos días de la República de Weimar, su agonía, y el feroz surgimiento de una ideología criminal y de un partido, el NSDAP, sirven como telón de fondo de uno de los grandes musicales de la historia del cine, "Cabaret".
Bob Fosse, director de breve pero intensa filmografía, firmó el que podría considerarse el canto del cisne del género (sin olvidarnos de su testamento cinematográfico, la genial "All that jazz"). Basado en el libro "Adiós Berlín" de Christopher Isherwood, escritor británico que visitó a la Alemania de entreguerras en busca de amoríos homosexuales, y que tuvo una anterior adaptación titulada "Soy una cámara", interpretada por Laurence Harvey, mucho más contenida y censurada, "Cabaret" sirve a la vez de inspirada recreación histórica, de inusual historia de amor a tres bandas y, por supuesto, de musical antológico que dió a conocer a una actriz y cantante excepcional. Liza Minelli.
El alter ego de Isherwood tiene en esta ocasión el rostro aniñado del actor Michael York. Recién llegado a Berlín, pronto conoce a una mujer singular ,hija, según ella, de un diplómático norteamericano. Su vida alocada, anárquica y sin tabúes, llama la atención del protagonista, que, a través de ella, se familiarizará con los ambientes desprejuiciados, de moral libérrima, de un país que sobrevive a duras penas por las severas condiciones que el Pacto de Versalles impuso a los vencidos y que servirá de caldo de cultivo de grupúsculos violentamente nacionalistas y antisemitas de los que surgirá el partido nazi. Contraste, pues, entre una sociedad herida que encuentra en los cabarets un reducto donde olvidar su mísero presente y un paraíso que permite romper con las trabas sociales (y sexuales) y que a su vez desea un líder, un Führer, que la saque del pozo en la que se encuentra.
Bob Fosse, director de breve pero intensa filmografía, firmó el que podría considerarse el canto del cisne del género (sin olvidarnos de su testamento cinematográfico, la genial "All that jazz"). Basado en el libro "Adiós Berlín" de Christopher Isherwood, escritor británico que visitó a la Alemania de entreguerras en busca de amoríos homosexuales, y que tuvo una anterior adaptación titulada "Soy una cámara", interpretada por Laurence Harvey, mucho más contenida y censurada, "Cabaret" sirve a la vez de inspirada recreación histórica, de inusual historia de amor a tres bandas y, por supuesto, de musical antológico que dió a conocer a una actriz y cantante excepcional. Liza Minelli.
El alter ego de Isherwood tiene en esta ocasión el rostro aniñado del actor Michael York. Recién llegado a Berlín, pronto conoce a una mujer singular ,hija, según ella, de un diplómático norteamericano. Su vida alocada, anárquica y sin tabúes, llama la atención del protagonista, que, a través de ella, se familiarizará con los ambientes desprejuiciados, de moral libérrima, de un país que sobrevive a duras penas por las severas condiciones que el Pacto de Versalles impuso a los vencidos y que servirá de caldo de cultivo de grupúsculos violentamente nacionalistas y antisemitas de los que surgirá el partido nazi. Contraste, pues, entre una sociedad herida que encuentra en los cabarets un reducto donde olvidar su mísero presente y un paraíso que permite romper con las trabas sociales (y sexuales) y que a su vez desea un líder, un Führer, que la saque del pozo en la que se encuentra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los números musicales de "Cabaret" ya forman parte de la historia del séptimo arte. Desde el celebérrimo "Money, money" hasta el bucólico (y terrible) "Tomorrow belongs to me", todos ellos alcanzan tal intensidad dramática y satírica, enlazan, profundizan y acompañan de tal manera la acción narrativa, como pocas veces antes se había visto en su género. Presentados por un cínico maestro de ceremonias (inolvidable Joey Grey, justo ganador del Oscar al mejor Actor Secundario) e interpretados en su mayoría por la maravillosa Liza Minelli, jalonan las andanzas amorosas del trío protagonista, mientras la amenaza del nazismo crece como un cáncer imparable, una metástasis que habría de ser devastadora para Alemania y el resto del mundo.
"Cabaret" es una película de visión obligatoria para todo amante del cine, pero os recomiendo verla en V.O.S., pues el doblaje manipula los diálogos originales, y busca relativizar, por ejemplo, las relaciones homosexuales entre los personajes interpretados por Michael York y Helmut Griem.
"Cabaret" es una película de visión obligatoria para todo amante del cine, pero os recomiendo verla en V.O.S., pues el doblaje manipula los diálogos originales, y busca relativizar, por ejemplo, las relaciones homosexuales entre los personajes interpretados por Michael York y Helmut Griem.