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Drama
En una mansión, cuatro señores se reúnen con cuatro exprostitutas y con un grupo de jóvenes de ambos sexos, partisanos o hijos de partisanos, que han sido hechos prisioneros. Nadie en la casa puede eludir las reglas del juego establecidas por los señores; toda transgresión se castiga con la muerte. Además, ellos gozan de la facultad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2009
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la frescura y relativa inocencia de su Trilogía de la Vida ("El Decamerón", "Los cuentos de Canterbury" y "Las mil y una noches"), Pier Paolo Pasolini adaptó una de las obras más atroces de la literatura occidental, "Las 120 jornadas de Sodoma" del Marqués de Sade. Angustiado e irritado ante la negra coyuntura de la Italia de los Años de Plomo, donde el terrorismo, la inseguridad y la corrupción institucional hacían estragos, Pasolini firmó su obra más polémica antes de morir asesinado en extrañas circunstancias en 1975, el año del estreno del que iba a ser su testamento cinematográfico.Donatien-Alphonse François de Sade (1740-1814), el más eximio ejemplo que el siglo XVIII nos legó del libertino, fue el autor de una serie de novelas escandalosas, donde el sexo y la violencia se aliaban para desnudar las pulsiones homicidas del poder. "Justine" (1791), "Juliette" (1792) y "Filosofía del tocador" (1793) son algunos de sus títulos más conocidos, pero, sin duda, es la terrible "Los 120 días de Sodoma" su novela más provocativa y la que tuvo que padecer un ostracismo crítico más duradero. Pasolini trasladó la acción a un castillo del Norte de Italia, a orillas del lago Di Garda, durante la efímera República de Saló, que señaló el fin del régimen fascista de Benito Mussolini. Allí cuatro representantes de los poderes (patriarcales), iglesia, política, justicia y finanzas, se dedican a vejar y a torturar salvajemente a un grupo de adolescentes masculinos y femeninos para liberar la pulsión homicida de su aberrante voluntad de poder. Un monumental catálogo de perversiones sexuales, que incluye la coprofagia, el incesto y toda clase de penetraciones varias, acompañado de un notable surtido de torturas como la castración, la extracción de ojos, las mutilaciones más dolorosas y brutales, sirve al director italiano para demostrar que el sexo, lejos ya de las imágenes liberadoras de la ya mencionada Trilogía de la Vida, se ha convertido en instrumento de dominación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A través de un procaz realismo, una paleta cromática de extraña y morbosa belleza y una puesta en escena falsamente naturalista, el autor de "Accatone" y "Edipo Rey" nos obliga a adoptar el punto de vista del libertino que se deleita con el sufrimiento ajeno de unas víctimas pasivas que en nigún momento se rebelan. Un estilo seco, descarnado, no permite la indiferencia del espectador, que se ve abocado a participar de un repugnante festival de sexo y muerte. Pasolini dirige "Las 120 jornadas de Sodoma" con notable virulencia estética e ideológica y realiza una ejemplar adaptación del infierno laico que describió el divino Marqués en páginas que exudan sangre y mierda. Sade escribió en sus diarios. "Nunca pintaré el crimen bajo otros colores que los del infierno; quiero que se lo vea desnudo, que se le tema, que se le deteste, y no conozco otra forma de lograrlo que mostrarlo con todo lo que le caracteriza. ¡ay de aquéllos que lo rodean de rosas!". Pier Paolo Pasolini le ha hecho justicia con esta obra maestra, terrorífica y atroz a partes iguales.