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Voto de Patrick:
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Animación. Drama. Fantástico
Mahito, un joven de 12 años, lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo. El título de la película se basa en la novela de 1937, 'Kimitachi wa Dō Ikiru ka' escrita por Yoshino Genzaburō pero la película presenta una historia original que no guarda relación con la novela. (FILMAFFINITY) [+]
28 de octubre de 2023
24 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hayao Miyazaki, director de esta gran obra y quien lleva Studio Ghibli a sus espaldas, busca a alguien que pueda sucederle, heredar y continuar su reino imaginativo, desde la primera vez que anunció su primera supuesta retirada allá por 1998, ni más ni menos que el siglo pasado. Yoshifumi Kondō (Susurros del Corazón, 1995) fue su primera gran opción, pero cuando más seguro estaba de que él sería el futuro del estudio, el director falleció en 1998. Otra opción quizá podría haber sido su propio hijo, Goro Miyazaki, pero él mismo ha sido bastante reacio y lleva años negándose. O finalmente, el gran Hiromasa Yonebayashi (Arrietty y el mundo de los diminutos, 2010), el que probablemente fue el más claro sucesor de Miyazaki... Pero que acabó marchándose del estudio para formar el suyo propio: Studio Ponoc.
Y así fue como Studio Ghibli se quedó sin alguien que siguiese los pasos del maestro y como se dieron por vencidos buscando un sucesor para Miyazaki, con la retirada del también mítico productor Toshio Suzuki. Tal y como han anunciado recientemente, la cadena japonesa Nippon TV tomará el control del icónico estudio de ahora en adelante.
Bajo este contexto, es hora de hablar sobre "El chico y la garza". La nueva película de Miyazaki deslumbra transformándose automáticamente en una obra maestra a la altura de las grandes obras del autor. Esta vez, con un film con más capas que explorar que nunca, en la que quizá es su cinta más abstracta y metafórica de todas, pero a la vez, una de las que más dejan ver al autor detrás de la película. Guardando grandes paralelismos con su obra de 2001, "El viaje de Chihiro", se trata de una de las obras más imaginativas del autor que a la vez esconde un trasfondo y simbolismos muy fuertes con tono biográfico. Miyazaki nos deja en esta cinta detalles claros de su vida e infancia, pero sobre todo, de su situación actual y la del propio Studio Ghibli.
No podemos acabar esta crítica sin spoilers sin destacar que como el director ya nos tiene acostumbrados, visualmente es impresionante, una obra maestra mayúscula de la animación tradicional. Y musicalmente, una delicia de la mano del gran Joe Hisaishi.
En conclusión, tenemos ante nosotros la nueva obra maestra del director, que a la vez es probablemente la que más refleja su estilo y creatividad "a lo grande". Quizá aquellos que desconocen la obra de Miyazaki o quienes carecen de contexto pueden encontrar algunas partes abstractas o complejas, pero estoy seguro de que muchos entenderán todo mejor con un segundo visionado, ya que, en comparación con sus anteriores obras, creo que estamos ante una de las que más cohesión argumental tienen. Se trata de una obra que el tiempo y la perspectiva dotarán de un nuevo matiz a su magia. Para mi, ha sido un 10.
Y así fue como Studio Ghibli se quedó sin alguien que siguiese los pasos del maestro y como se dieron por vencidos buscando un sucesor para Miyazaki, con la retirada del también mítico productor Toshio Suzuki. Tal y como han anunciado recientemente, la cadena japonesa Nippon TV tomará el control del icónico estudio de ahora en adelante.
Bajo este contexto, es hora de hablar sobre "El chico y la garza". La nueva película de Miyazaki deslumbra transformándose automáticamente en una obra maestra a la altura de las grandes obras del autor. Esta vez, con un film con más capas que explorar que nunca, en la que quizá es su cinta más abstracta y metafórica de todas, pero a la vez, una de las que más dejan ver al autor detrás de la película. Guardando grandes paralelismos con su obra de 2001, "El viaje de Chihiro", se trata de una de las obras más imaginativas del autor que a la vez esconde un trasfondo y simbolismos muy fuertes con tono biográfico. Miyazaki nos deja en esta cinta detalles claros de su vida e infancia, pero sobre todo, de su situación actual y la del propio Studio Ghibli.
No podemos acabar esta crítica sin spoilers sin destacar que como el director ya nos tiene acostumbrados, visualmente es impresionante, una obra maestra mayúscula de la animación tradicional. Y musicalmente, una delicia de la mano del gran Joe Hisaishi.
En conclusión, tenemos ante nosotros la nueva obra maestra del director, que a la vez es probablemente la que más refleja su estilo y creatividad "a lo grande". Quizá aquellos que desconocen la obra de Miyazaki o quienes carecen de contexto pueden encontrar algunas partes abstractas o complejas, pero estoy seguro de que muchos entenderán todo mejor con un segundo visionado, ya que, en comparación con sus anteriores obras, creo que estamos ante una de las que más cohesión argumental tienen. Se trata de una obra que el tiempo y la perspectiva dotarán de un nuevo matiz a su magia. Para mi, ha sido un 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película cuenta con todos o casi todos los elementos más destacados de la forma de narrar películas de Studio Ghibli, juega con referencias a las otras obras de Miyazaki y cuenta con los recursos narrativos más aclamados del autor en una obra que parece buscar englobar todo su recorrido.
La gran forma que tiene la película de mezclar la realidad con el universo mágico de Miyazaki es una delicia. Comenzando con al menos una hora de metraje en el "mundo real" con la forma clásica y especial que tiene Studio Ghibli de representarnos la cotidianeidad japonesa. Detenida, ritmo pausado y llena de esos detalles cotidianos. En cambio, en la segunda hora, el ritmo acelera para adaptarse a los extraños sucesos y acto seguido comienza el más puro imaginario de Hayao Miyazaki en todo su esplendor, con detalles ocultos de construcción de mundo, elementos fantásticos de lo más imaginativos y todo envuelto en un mundo que baila entre los límites de la vida y la muerte.
Las diversas referencias, desde el comienzo de la película, que recuerda a "El viento se levanta", pasando por la chica que controla el fuego, que lleva a pensar en Calcifer de "El castillo ambulante", o los 'Warawara' que tanto recuerdan a los 'Kodama' de "La princesa Mononoke" o los 'Susuwatari' de "El viaje de Chihiro". La película es todo un viaje por el cine del propio autor.
Y por supuesto, el personaje del creador. Un personaje que no puede hacernos pensar en otra persona más que en el propio Hayao Miyazaki. En busca de un eterno sucesor que nunca llega, y tal y como ocurre en la película: nunca llegará.
Y así es como todo el reino imaginario que ha mantenido vivo durante años... Se derrumba.
La gran forma que tiene la película de mezclar la realidad con el universo mágico de Miyazaki es una delicia. Comenzando con al menos una hora de metraje en el "mundo real" con la forma clásica y especial que tiene Studio Ghibli de representarnos la cotidianeidad japonesa. Detenida, ritmo pausado y llena de esos detalles cotidianos. En cambio, en la segunda hora, el ritmo acelera para adaptarse a los extraños sucesos y acto seguido comienza el más puro imaginario de Hayao Miyazaki en todo su esplendor, con detalles ocultos de construcción de mundo, elementos fantásticos de lo más imaginativos y todo envuelto en un mundo que baila entre los límites de la vida y la muerte.
Las diversas referencias, desde el comienzo de la película, que recuerda a "El viento se levanta", pasando por la chica que controla el fuego, que lleva a pensar en Calcifer de "El castillo ambulante", o los 'Warawara' que tanto recuerdan a los 'Kodama' de "La princesa Mononoke" o los 'Susuwatari' de "El viaje de Chihiro". La película es todo un viaje por el cine del propio autor.
Y por supuesto, el personaje del creador. Un personaje que no puede hacernos pensar en otra persona más que en el propio Hayao Miyazaki. En busca de un eterno sucesor que nunca llega, y tal y como ocurre en la película: nunca llegará.
Y así es como todo el reino imaginario que ha mantenido vivo durante años... Se derrumba.