La magia del cine permite viajar en el tiempo, ya me gustaría a mi irme a Woodstock, a un concierto de los Zeppelin o a Japón a vivir los conciertos de los 70 de los Deep Purple, o al estreno de El Padrino, a 1000 sitios como en la famosa canción del Sabina, Allen tiene otros referentes y aquí los exhibe y su viaje, su flipada, su ida de olla es sumamente agradable. Unas gotitas de Allen valen más que el 95% de la cartelera, con sus defectos (snobismo, repetición de personajes, clichés... ) y sus virtudes (humor inteligente, reflexión, sello propio...).
P.D La cita anual ha valido la pena.