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Voto de Don Hantonio Manué:
8
Romance. Comedia Los camaradas Iranoff, Buljanoff y Kopalski han sido enviados a París para obtener dinero para el Gobierno ruso mediante la venta de las joyas confiscadas a la gran duquesa Swana, que vive en la capital francesa. Los tres camaradas se instalan en un hotel de lujo mientras los tribunales franceses deciden quién es el verdadero propietario de las joyas. El Gobierno ruso envía a Nina 'Ninotchka' Ivanovna Yakushova a arreglar las cosas. (FILMAFFINITY) [+]
17 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces el humor puede ser un arma afilada e infalible para dejar en evidencia el ridículo de los sistemas de pensamiento que se toman demasiado en serio a sí mismos. Film muy político "Ninotchka", que con la excusa de la sátira y de la tontería larga una diatriba anticomunista con no pocas diferencias respecto de las que se realizarían años después durante la guerra fría. Aquí los comunistas no son demonios con forma humana, más bien son gentes tristes que no expresan sus emociones (se mezcla un poco el carácter ruso y el cachondeo hacia el célebre “alma eslava”), fanatizadas cual robots, sin cortarse tampoco al mostrar la característica imagen negativa de la vida soviética, rodeada de miseria, mal clima, privaciones de las cosas más elementales, hacinamiento y también censura y autoritarismo. Por contraste, un París igualmente de topicazo intencionado, el de la alta sociedad hedonista y aburrida de aristócratas exiliados, pero la crítica no es tan severa (se ve que allí no había pobres).

Comedia romántica hasta el tuétano donde un libertino desilusionado recupera el entusiasmo gracias a una rígida agente soviética, una bellísima (y me quedo corto) Greta Garbo enviada para deshacer un entuerto diplomático y devolver al redil a unos delegados comerciales descarriados por los placeres del capitalismo. No tardará demasiado este sujeto en derretir el helado corazón de la camarada y recuperar a la tierna e ingenua reina que toda mujer déspota, amargada e ideologizada lleva, al parecer, en su interior... revelándole lo bonito de la vida, de los placeres y del amor.

Como comedia, no decepciona un guion construido al milímetro en su presentación y desarrollo, los secundarios, esa malvada que es la princesa zarista; una fuerza reaccionaria frente a cierta tolerancia y reconocimiento que se ha establecido hacia la URSS (Francia sería pues un territorio “neutral”). Con diálogos y réplicas incesantes y una realización limpia, sin artificio, que nos lleva de un lugar a otro y nos introduce en la acción con un elegante travelling en un hotel. Chistes de nazis tratados como algo cotidiano, o como el fenómeno contemporáneo que era durante los años 30, algún juego visual muy Lubitsch con el fuera de campo (los tres agentes pasándoselo en grande)… o la ejecución sumaria más romántica que nunca se haya podido concebir.

Magnetismo absoluto de Greta llenando la pantalla, seria o riéndose, tanto da. La ideología del amor que, cándidamente, supera a las demás; lo que mejor representa al pueblo es precisamente su gente y no su “sistema” (los cuatro amigos compartiendo lo poco que tienen), pero que viva el libre mercado en forma de restaurantes típicos, con una última, ahora sí, pullita; los despidos. En última instancia, esto es una historia de seres puros, pese a sus diferencias, atrapados por los avatares políticos del momento; de la carta tachada sólo queda una declaración de amor rebosante de nostalgia. El mismo amor que resiste, mejor o peor, contra el irreparable paso del tiempo… pues nada hay más valioso para los amantes que lo que nadie puede arrebatarles; el instante presente.
Don Hantonio Manué
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