Una de mis películas favoritas de la infancia, y una de las películas infantil-juveniles de entonces que mejor han resistido el paso del tiempo.

Como tantas películas dirigidas a la chavalería de entonces, combina aventuras, humor y algo de acción, añadiendo en este caso un toque de misterio...y es que los protagonistas son nada menos que Sherlock Holmes y su inseparable Watson en su época escolar. La parte de misterio funciona bastante bien, la parte cómica es efectivamente cómica (parece una perogrullada, pero no siempre es así), y la parte de aventuras es entretenida y trepidante. Los personajes son algo simples pero están bien definidos, se compenetran a la perfección y están bien interpretados. Los diálogos son ágiles y durante la mayor parte de la película, aceptablemente sólidos. La ambientación y la puesta en escena son impecables, y las escenas pesadillescas son una maravilla, con un leve aire a cine de terror, un uso de la iluminación muy eficaz y unos efectos especiales de la vieja escuela sencillamente fabulosos.

Vista de niño, me entusiasmó. Vuelta a ver de carroza me sigue pareciendo buena.

Por sacarle alguna pega, la interpretación que hace de los cultos egipcios y demás es bastante discutible. Pero este era un defecto común en las cintas de aventuras de entonces (véase Indiana Jones por ejemplo), y se lo perdono porque es entretenida, divertida, y a ratos emocionante.

De las mejores dentro de su estilo.