Hay un problema de base en ésta película y es intentar ahondar en el movimiento hippie desde una moral puritana, es como si un español tuviese que describir las costumbres de un esquimal, todo resulta forzado y ridículamente cómico, mucho me temo que no por pretensión del director que cree estar haciendo una vivisección profunda y compleja de la pareja.
Además el material ha envejecido muy mal, afortunadamente toda esa generación se dio cuenta que se engañaban con su supuesta evolución moral y búsqueda mesiánica de la verdad, ahora solo tenemos que adaptarnos a la realidad del consumismo.
Es curioso ver como los personajes andan todo el rato preocupados por ahondar en sus sentimientos pero a la vez mantienen un comportamiento totalmente burgués (esa criada mexicana) lo cual acentúa su hipocresía.
Respecto al apartado fotográfico, espacio habitual en mis reseñas, nominación al oscar para Charles Lang injustificada e inmerecida desde mi punto de vista toda la película está rodada con una luz muy dura sobre los personajes, con difusión en los objetivos (especialmente durante los primeros planos de las actrices y en menor medida en la de ellos) y el trabajo de cámara se erige en lo mejor de la propuesta, bastante plana por otra parte. A ésta película le hubiera venido mejor un director de fotografía más arriesgado, acorde con la historia y no una vieja gloria como Lang demasiado lastrado por el viejo esquema hollywoodiense de iluminación, alguien como Néstor Almendros por ejemplo.
En fin un filme interesante pasado de moda.