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España España · Marbella
Voto de SUSTOVISION:
8
Drama. Romance. Bélico A punto de terminar la I Guerra Mundial (1914-1918), Mathilde recibe la noticia de que su prometido es uno de los cinco soldados que, tras haber sido sometidos a un consejo de guerra, han sido enviados a la tierra de nadie que hay entre el ejército francés y el alemán, lo cual supone una muerte casi segura. A pesar de todo, emprende un duro viaje para conocer el destino de su prometido y, aunque las noticias que va recibiendo son ... [+]
28 de agosto de 2016
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Más de 8 millones de personas fueron asesinadas en la Primera Guerra Mundial. Más de 8 millones de historias de amor fueron truncadas por una guerra absurda e imperialista, una guerra de rapiña al máximo nivel. 8 millones de vidas extraordinariamente ordinarias fueron eliminadas de forma violenta, dejando tras de sí un rastro de sangre, desesperación y tristeza. Lo bueno que tiene la vida es que por muy miserable y defectuosa que sea ésta, siempre hay algo por lo que seguir adelante, siempre hay algo por lo que amar. Y no importan las desgracias, ni las pérdidas, ni la mediocridad que entorpece nuestras vidas. Siempre tendremos un pequeño refugio en la persona amada. Hasta que fuerzas que aparentemente escapan a nuestro control toman las riendas de nuestras vidas y nos obligan a luchar por el refugio perdido.
La historia de “Largo domingo de noviazgo” es la historia de varios amores interrumpidos por la guerra. Es la búsqueda ciega y obstinada de una mujer que no puede aceptar la desaparición de su alma gemela y cuyo único sustento es la absurda y patética esperanza del “todo es posible”. 5 soldados franceses son condenados a muerte por automutilarse para evitar seguir luchando en la guerra de trincheras y aparentemente mueren en el campo de batalla. No obstante, Mathilde (Audrey Tautou) no puede ni quiere aceptar la muerte de su prometido e inicia una investigación para encontrar aquello que le hace seguir adelante.
La puesta en escena de Jean-Pierre Jeunet adquiere su máxima expresión en la primera hora de metraje: la primera parte del film posee todas las características propias que han hecho a este director uno de los más queridos y admirados: esa plasmación de un universo donde priman los rasgos más bonitos y nostálgicos de la niñez, un universo entrañable, divertido, un poco absurdo pero esencialmente bello y fascinante. La narración es ágil y adictiva, lleno de flashbacks, recuerdos e imágenes imaginarias. No hay lugar para tiempos muertos y la escenificación de historias, vivencias y sentimientos agita los sentidos y la imaginación. Su estética realista pero con sutiles toques fantásticos es el marco perfecto para una historia de amor pura, tierna e infantil. Los sempiternos tonos sepia (que dan al relato una atmósfera de quietud y nostalgia) contrastan con los tonos fríos y verdosos del campo de batalla, con unos flashbacks que muestran la guerra como una carnicería aleatoria, y cuyo único refugio se encuentra en los recuerdos y, quizás, en esa camaradería mitad amistad mitad ruindad propia de la supervivencia en unas trincheras insalubres y empantanadas. Una audacia visual y argumental que Jean-Pierre Jeunet domina absolutamente. No obstante, esa audacia narrativa va desapareciendo poco a poco a medida que avanza la película. La historia se vuelve más lineal y convencional y la marca inconfundible de Jeunet se ve supeditada a la resolución de los misterios de la trama. Hay escenas impactantes, como la explosión del Zepelin, pero esa energía y ese pulso sutil y especial apenas es perceptible. Jeunet se domina a sí mismo pensando que debe primar la claridad expositiva a la experimentación y al juego, y se equivoca.
A nivel global “Largo domingo de noviazgo” es una buena película de amor antibelicista, pero buenas películas de amor antibelicistas hay muchas. Yo buscaba esa visión única y diferente de un director excepcional. Y encontré esa visión en la primera hora de metraje. El resto...muy bien pero...
No obstante, el mensaje que intenta transmitir Jeunet en sus películas está presente en esta obra: por muchos años que tengamos no debemos olvidar aquello que nos hacía felices cuando éramos niños: la fascinación por la curiosidad, el juego y las ilusiones imposibles
SUSTOVISION
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