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España España · Bcn-Vigo-Malg-Mad
Voto de AngelsRup:
6
Drama. Romance Tras huir de su estresante vida en la ciudad, Nat, de 30 años, se refugia en el pequeño pueblo de La Escapa, en la España rural más profunda. En una casa de campo destartalada, con un perro callejero, la joven intentará reconducir su vida. Tras lidiar con la hostilidad de la persona que le alquila la casa y la desconfianza de los habitantes del pueblo, Nat se ve obligada a aceptar una inquietante proposición sexual que le hace su vecino ... [+]
8 de noviembre de 2023
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un amor sieso. Esto es lo que hay.

La película tiene un comienzo algo desconcertante: el relato en directo de una mujer negra de un atentado o incursión de personas armadas (islamistas) que masacró a la población civil de la que ella formaba parte.
Digo desconcertante porque, al verlo, tienes la breve impresión de que te has equivocado de película y no es la de Coixet… pero de repente, en el margen de la imagen aparece parte de un rostro con gafas que recuerda a Laia Costa… menos mal que no me he confundido de sala ¡!.

Laia Costa interpreta a una joven traductora de 30 años que, agobiada con su vida, escapa a un pueblo de la Rioja, donde el paisaje es impresionante, lleno de escarpadas montañas, con abruptos acantilados, ásperas rocas de color rojizo que resaltan sobre el verde de árboles y arbustos.

Paisaje precioso que se nos muestra en formato recortado de pantalla cuadrada, para que sintamos lo constreñida que se siente la protagonista, a pesar de estar en un pueblo que desborda amplitud en su paisaje, ella sigue estando tan agobiada y apretada como cuando vivía en el otro hábitat de donde viene, de donde ha huído para acabar aquí, alquilando una vieja casa más que desvencijada en el que mires donde mires todo es desolación y cosas rotas. La casa es vieja y decrépita, tan derruida como el ánimo de su nueva inquilina.

Conforme van apareciendo el resto de personajes, los vecinos del pueblo, vas percibiendo lo tóxico y “mal rollo” que dan, por diferentes motivos, cada uno de ellos, sobre todo los hombres. Un casero despreciable que la ha timado y que le reprocha a ella no ocuparse de lo que son sus responsabilidades como dueño. Un artesano aparentemente amable al que se le percibe un lado oscuro. Una familia urbanita megapija y ñoña, con una pava mujer y unas gemelas que no hace falta que lleven vestidito azul para dar más grima que las de El resplandor (un puntazo que Coixet las haya vestido como Kubrick para la barbacoa ¡), cuyo padre tiene unas miradas sombrías hacia la protagonista, mientras no le ve su familia, un vecino alemán que parece un animal, frío, sin sentimientos, desapegado de toda persona. El único hombre normal de la película es el abuelo cuya mujer sufre demencia senil.
Todos estos vecinos se presentan en una comunidad en la que, en mayor o menor medida, participan en trueques de servicios, objetos o productos entre ellos, como la sociedad tradicional en los pueblos, basada en intercambios de favores.

En el momento clave de la película, Nat (Laia Costa) tiene una proposición del alemán, cuya escena está fantásticamente rodada, puesto que tiene el tono justo y asombrosamente ajustado: no es ofensivo, logra un tono curioso pero nada inquietante, como muy normal. Muy apropiado para no darle más connotación que sugestione a detestarlo, sino que ese tono logra que se visualice como cualquier otro trueque.

En la ejecución del trueque, con los resoplidos, pasos, movimientos… todo ello me recuerda a los ruidos y sonidos de Jurassic Park. Es exactamente como un dinosaurio en movimiento y respirando….

Muy buenas interpretaciones, de las que, por no destripar, sólo se puede decir que Luis Bermejo, el casero da miedo (y asco, como su casa) cada vez que sale. Hovik Keuchkerian es un personaje que nos provoca una simpatía/sentimientos al comienzo y luego vamos modificando levemente. Hugo Silva es bonico por fuera pero se intuye que no tanto por dentro. Ingrid Garcia Jonsson borda, en sus leves apariciones, su papel de ñoña linda pija creída con familia (no) perfecta.

La música, al igual que el formato de la pantalla cuadrada, también es angustiosa en algunos momentos. La música oprime, agobia, inquieta, es repetitiva de unos acordes angustiantes, al igual que el sonido, frecuente, de perros ladrando. Unos ladridos constantes en la noche o en los alrededores de la casa.
Sin embargo, también es la música el elemento liberador y la que propicia y enmarca el único momento de felicidad donde se suelta y se libera la protagonista: la canción Es wird wieder gut · Max Raabe · Palast Orchester, todo un descubrimiento. Preciosa, lenta, pero luego animosa. Cantada en alemán, idioma cuya dureza fonética aporta una bella sonoridad en lo vocal.


Ese formato cuadrado de pantalla se abre al final, mientras la protagonista abre los brazos, liberadora apertura de mente y de visión al paisaje completo con el que baila.
Merece la pena quedarse a ver los títulos de crédito finales, porque están fantásticamente bien instalados entre el horizonte de montañas y el cielo nublado, cuyas letras van cambiando de color según pasan la franja de ese horizonte, y sobre todo para disfrutar de la canción Es wird wieder gut (Max Raabe y Palast Orchester) en versión instrumental.

Es una película que te deja cavilando, durante horas y quizás días, para ir digiriendo lo que has visto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AngelsRup
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