En Bruised tenemos a una protagonista que es mujer, negra, con tendencias homosexuales, pobre, vagabunda , alcóholica con un novio abusivo en una relación tóxica, una madre drogadicta y un pasado que incluye abusos sexuales, violación infantil al parecer continuada… la conocemos el día en que es despedida de su trabajo por pegar al niño que cuida y es una estrella venida a menos de la que la gente se ríe vamos que solo le falta ser de Murcia y fan De Alba Reche para cantar bingo.

A mayores, por si esto fuera poco encima su ex fallece y le dejan a su hijo a su cargo. Que no es que sea yo un experto en servicios sociales, pero vamos creo que algo deberían de decir al respecto.

Entonces tenemos la típica tópica historia de redención mediante el deporte. Antes de verla ya te la sabes, incluye el montaje de entrenamiento obligatorio con la entrenadora gritando cosas como “ya estás cansada, dame 100 flexiones más”

Y luego hay cierta obsesión por hacerla fea, por hacerla extrema. Los primeros 20 minutos son una declaración de intenciones y la cosa no mejora.

Pero si tengo que decir algo bueno es que Halle Berry se ha lanzado al personaje y la secuencia de la pelea al final, que dura una barbaridad, diría que 15 minutos al menos tiene planos muy largos para que veamos que es claramente Berry la que pelea y eso levanta un poquito el vuelo.

Pero, para mí, para ser una película tan manoseada la duración se les va de las manos y la ves más con indiferencia que con pasión.

Lo mejor: Berry actriz
Lo peor: Lo poco que tiene que decir