Jeff Nichols nos cuenta de una manera bastante correcta la historia de este matrimonio, y además, otra historia sobre el racismo y los derechos civiles; algo que ya hemos visto en múltiples ocasiones en otras películas.

A pesar de que la historia está contada de la manera adecuada, quizá le falta algún tipo de aliciente narrativo para que tenga ritmo y los protagonistas empaticen con el espectador y consiga emocionar. Es una historia buena, necesaria y que muestra un punto de vista distinto sobre esta temática no abordada anteriormente, como por ejemplo, el exilio a la ciudad por motivos raciales, y como en concreto esta familia, se ha visto obligada a criar a sus hijos en una ciudad en la que no se sentían cómodos.

Por otro lado, la interpretación de los actores es impecable, especialmente la de Ruth Nigga. Aunque considero que Joel Edgerton estuvo demasiado comedido e inexpresivo. El personaje de Mildred avanza a lo largo de la historia y se convierte en la absoluta protagonista hacia la segunda mitad de la película.

En definitiva, una película e historia necesarias pero que a fin de cuentas, no deja ver mucho más de lo que se muestra en su trailer promocional.