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Voto de Meroe:
7
7.0
16,666
Drama
Adaptación de la obra teatral de Peter Morgan sobre la entrevista del periodista David Frost al presidente Nixon. Durante los tres años que siguieron a su salida de la Casa Blanca, Richard Nixon permaneció en silencio. Sin embargo, cuando en el verano de 1977 concedió una entrevista para hablar de su mandato y del caso Watergate, sorprendió a todos al escoger a David Frost. Incluso el equipo del periodista no estaba muy seguro del éxito ... [+]
6 de febrero de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede hacer cine de entretenimiento con una entrevista para la tele? ¿Mantener al espectador pegado a su butaca sólo con el combate verbal entre un periodista y un político? Si no conocen la respuesta que se lo pregunten al director Ron Howard, autor y culpable de un pastelazo en toda regla como lo fue "Cinderella Man", y el único con trucos y ases suficientes en la manga para retratar como se merece al presidente más innegable y compulsivamente tramposo de toda la historia americana, con el permiso del expresidente más famoso e impopular de hoy en día: Bush.
Basada en la extraordinaria obra de teatro de Peter Morgan, con dos magníficos actores: Frank Langella (nominado al Oscar por su interpretación de Nixon) y Michael Sheen, todo apuntaba a que esta película sería una reflexiva, seria y madura pieza de cine político, sólo para amantes de películas densas como lo es una servidora. Nadie contaba con que el todopoderoso e implacable director Ron Howard se encaprichara con el magnífico proyecto; en sus manos queda reducida a la mínima expresión la carga de profundidad política, tampoco importa demasiado hacer creíble lo ocurrido durante esa entrevista, ni que Nixon y Frost sean complejos y humanos, héroes y al mismo tiempo villanos. Lo que si hay es show business del mejorcito, con los buenos ganando a los poderosos malos, y todos los trucos de un director notablemente más preocupado por la taquilla que por el cine que queda.
Basada en la extraordinaria obra de teatro de Peter Morgan, con dos magníficos actores: Frank Langella (nominado al Oscar por su interpretación de Nixon) y Michael Sheen, todo apuntaba a que esta película sería una reflexiva, seria y madura pieza de cine político, sólo para amantes de películas densas como lo es una servidora. Nadie contaba con que el todopoderoso e implacable director Ron Howard se encaprichara con el magnífico proyecto; en sus manos queda reducida a la mínima expresión la carga de profundidad política, tampoco importa demasiado hacer creíble lo ocurrido durante esa entrevista, ni que Nixon y Frost sean complejos y humanos, héroes y al mismo tiempo villanos. Lo que si hay es show business del mejorcito, con los buenos ganando a los poderosos malos, y todos los trucos de un director notablemente más preocupado por la taquilla que por el cine que queda.