Arthur Dent (Martin Freeman) es el prota de esta historia que vivirá una gran aventura intergaláctica, que es a su vez un personaje sacado de la mente del escritor inglés Douglas Adams. En 1978 comenzó a transmitirse radiofonicamente por el servicio de radio y televisión británico, la BBC. Se trataba de una comedia, a la que le siguió una novela en 1979, una serie televisiva en 1981, un juego para computadora y la película que nos ocupa de 2005. Viniendo de un clásico de la ciencia ficción, esta saga tan popular con multitud de obras a sus espaldas, terminó saltando a los cines con muy grandes posibilidades de conseguir la victoria en taquilla pero el éxito no fue el esperado y no se adaptaron más libros de esta saga literaria. La película dirigida por el británico Garth Jennings (Son of Rambow, 2007) del autoestopista galáctico comienza con la narración de Stephen Fry (V de Vendetta, 2006) dándonos a conocer que los delfines son más inteligentes que los humanos y que tratan de avisarnos con sus acrobacias del final de la vida en el planeta tierra, hasta que se cansan de advertirnos y se marchan volando de un salto. Desde este punto parte la historia de Arthur, que se pasa la película en batín y pantuflas como si de estar por casa se tratara, viajando por el cosmos como bien saben sus lectores, seguidores de la serie de novelas de este clásico de la cultura popular. La peli es entretenida tomándosela a juerga, te hará pasar buenos momentos de diversión y quizás también a leer su extensa obra literaria.