Como película de suspense funciona. La malísima idea de la maternidad de tapadillo huele a catástrofe. La adolescente, en la que hay que confiar ciegamente, parece inestable y respondona. O sea, adolescente. La futura madre es un hueso. Y, enseguida, aparece una escopeta de Chejov. Ya sabes: si sale, hay que usarla.
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El paisaje de Jaén es una preciosidad, pero hay claustrofobia y fobia canina (¡recuerda eso!).

La cosa se va encabronando y el giro "rematador", con comillas, es el novio incordiador. Por poco tiempo.

A ver, como película psicológica, no tira. No es una nórdica de burgueses con casoplón, que le dan un palazo al que les estorba y lo entierran en el jardín, donde siguen preparando la barbacoa de los sábados, aunque sabes que están destruidos, irremediablemente, como personas y como sociedad.

Aquí no hay psicología. Fina, por lo menos. El futuro padre es un buenrollista que podría despeñar a cualquiera por un precioso desfiladero de Jaén como el que vuelve a fumar, como único efecto secundario. La mujer es una antipática esdrújula sin más recorrido. Y la chica, desamparada y frágil, se acaba convirtiendo en una mezcla de McGyver y Kill Bill.

En fin, va aumentando el mal rollo, la hospitalidad se muda al trastero, los cuervos graznan demasiado en los subtítulos (sí, tuve que recurrir a los subtítulos) y se aproxima el invierno, con todas sus metáforas.

El personaje policía introduce bien escenas informativas y alguna escena, no original (pienso en Misery o Baby Jane), pero sí generadora de tensión. Y me olía a cadáver, pero no. Es que, a esas alturas, yo iba componiendo otro guion, fuera de lugares comunes o situaciones más vistas. Por ejemplo: ¿hay traumas ocultos? ¿el señor buenista es un tío oscuro? ¿La antipática sonreirá y se acabará aliando femenilmente con la chica y el bebé?..
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No. El final es de acción y muy efectista. Situación desesperada. Todo lo que se rumiaba, explota (¿recuerdas a los perros?) Con final ético y épico.

Vale pues. Es entretenida y sugerente. No la puedo criticar más ni mal. Si me ha costado sintetizar en unas pocas palabras lo que me ha parecido, ¿cómo voy a masacrar un espectáculo entretenido de dos horas?

¡Ah, y qué bonito es Jaén!