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Voto de Bibbidiboo:
9
21 de enero de 2018
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Sumergirse en el mundo Burton supone un desafío siempre, pues te zambulles de golpe en el humor negro, lo macabro y lo irreal, mezclado siempre con la más edulcorada fantasía. Si este mejunje de ingredientes no os gusta, levantaros de la mesa, pues ese es el plato principal. Para los que os gusta, seguir sentados.
Después de la épica "Pesadilla antes de Navidad" llega esta fábula de vivos y muertos que pretendía seguir los pasos de su predecesora (igual de negra y oscura, pero quizás menos infantil y más adulta). Y vaya si está a la altura. La animación en "stop-motion" es fabulosa (una técnica fotograma a fotograma que es un trabajo de chinos), la música de Elfman es perfecta (el dueto en el piano es sencillamente maravilloso, como se une en la melancolía las almas de Victor y Victoria) y el guión está cuidado con esmero (fabulosa la relación que se establece entre Victor con las dos mujeres, Victoria y la novia cadáver, dando profundidad a sus protagonistas).
Bienvenidos a un mundo de los vivos ambientado en la época victoriana, gris y oscuro, triste y deprimido, que contrasta con el mundo interior de los muertos, colorista, vivo y divertido. Los vivos no saben disfrutar de lo que tienen, mientras que los muertos viven ya liberados de su horrible existencia, disfrutando de su eternidad. Esta alegoría macabra se vuelve una clara crítica al mundo en el que vivimos, en el que somos incapaces de disfrutar de lo que tenemos y ansiamos alcanzar cuando estemos muertos (demasiado tarde).
Un viaje hacia la libertad, escapando de estereotipos y reglas sociales absurdas. Un viaje sobre el rencor, la venganza, la desesperanza y los sueños rotos. Un baile de bodas y un funeral al mismo tiempo.
Destacar el diseño de los personajes, lo suficiente tenebrosos y carismáticos como para que te lleguen de la retina al corazón.
Después de la épica "Pesadilla antes de Navidad" llega esta fábula de vivos y muertos que pretendía seguir los pasos de su predecesora (igual de negra y oscura, pero quizás menos infantil y más adulta). Y vaya si está a la altura. La animación en "stop-motion" es fabulosa (una técnica fotograma a fotograma que es un trabajo de chinos), la música de Elfman es perfecta (el dueto en el piano es sencillamente maravilloso, como se une en la melancolía las almas de Victor y Victoria) y el guión está cuidado con esmero (fabulosa la relación que se establece entre Victor con las dos mujeres, Victoria y la novia cadáver, dando profundidad a sus protagonistas).
Bienvenidos a un mundo de los vivos ambientado en la época victoriana, gris y oscuro, triste y deprimido, que contrasta con el mundo interior de los muertos, colorista, vivo y divertido. Los vivos no saben disfrutar de lo que tienen, mientras que los muertos viven ya liberados de su horrible existencia, disfrutando de su eternidad. Esta alegoría macabra se vuelve una clara crítica al mundo en el que vivimos, en el que somos incapaces de disfrutar de lo que tenemos y ansiamos alcanzar cuando estemos muertos (demasiado tarde).
Un viaje hacia la libertad, escapando de estereotipos y reglas sociales absurdas. Un viaje sobre el rencor, la venganza, la desesperanza y los sueños rotos. Un baile de bodas y un funeral al mismo tiempo.
Destacar el diseño de los personajes, lo suficiente tenebrosos y carismáticos como para que te lleguen de la retina al corazón.