Tras una primera y segunda parte bastante decentes e intrigantes Netflix nos presenta probablemente una de las peores series que se pueden ver a día de hoy. Se cumple con creces aquel sabio dicho "segundas partes nunca fueron buenas". Y es que el primer bloque de La Casa de Papel, cuyos personajes atracaban La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, había quedado concluido. Una historia innovadora, con grandes momentos de tensión, acción y, sobre todo, un planteamiento diferente que se podía interpretar como cerrado. Después del éxito y hacerse mundialmente famosa fue exactamente donde Netflix vio el ansia de dinero y confirmó que habría otro bloque más con otro atraco. Alargar el chicle inncesariamente. La tercera temporada ya queda un poco rara, muy enrevesada y con agujeros en el guión. No obstante observamos algunos buenos momentos y grandes escenas que invitan a querer conocer el final. Pero lo que aquí nos ocupa, y lo que me motiva a hacer esta crítica en tiempos de confinamiento es la nefasta, infame, loca y patética parte 4. No tengo una palabra exacta que conprenda todos los sentimientos que me han aflorado al verla. Malo se queda corto. Han pasado a un plano en donde robo no le interesa a nadie, han logrado que el atraco (la razón de ser de la serie) pase a un segundo o tercer plano. Plagada de subtramas absurdas, momentos que parece un musical, discursitos políticamente correctos, líos y desaveniencias internas entre los atracadores, romances que duran horas o minutos y demás canalladas producto de no sé exactamente qué. Tienen las herramientas de sobra para hacer una producción decente que no pretenda tratar al espectador como a un borrego. Hay fallos garrafales de producción, de casting, y del guión ya ni hablamos porque básicamente no hay. Ha desaparecido cualquier atisbo de guión. El profesor va resolviendo los problemas improvisando y con planes que tenía ya preparados aunque no estuviera previsto y con los cien mil hijos de San Luís que conoció haciendo la mili. Todo vale para dejar en jaque a una policía que la ponen de tonta. Los tiroteos son falsísimos, y aunque se puede entender que una serie de acción y ficción tenga cosas irreales, no se puede tolerar todo. Se saltan las leyes de la física, a los rifles nunca se les acaban los cargadores... etc. Así también hago yo una serie.

Y podría seguir así toda la tarde. Básicamente porque todo está mal. No hay nada salvable. Si acaso las interpretaciones de ''Sierra'' y ''Tamayo''. Lo demás es una tomadura de pelo a la altura de las películas malas de Scy-Fy. De absoluta risa.

Es curioso como la serie va de antisistema pero al mismo tiempo es una producción servil a las nuevas ideologías y al inclusismo barato. Y por supuesto sumisa al poder y a la tiranía de nuestro tiempo;lo políticamente correcto.

Es mejor no verla, creanme. Sería más fácil decir lo único bueno que tiene. Porque está plagada de estas cosas. Va de seria y eso es exactamente lo que me molesta. Que la gente la tiene en un pedestal y es un pestiño monumental. Lo peor que he visto hace mucho tiempo y no exagero. Al nivel de Pirañaconda. Pero al menos esa ya sabíamos lo que era

Un 1 porque no se puede dar menos. Pero es un rosco. Un 0. El típico examen que el profesor deja de corregir, me costó terminarla. Dejo en el spoiler algunas joyitas.