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Voto de Clarice:
96,246
Drama
Una noche de otoño del año 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), alumno de Harvard y genio de la programación, se sienta delante de su ordenador y empieza a desarrollar una nueva idea: TheFacebook. Lo que comenzó en la habitación de un colegio mayor pronto se convirtió en una revolucionaria red social. Seis años y 500 millones de amigos después, Zuckerberg es el billonario más joven de la historia. Pero a este joven emprendedor el ... [+]
24 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cuanto a la historia: abro mi cuenta F y un mes escaso más tarde veo La Red Social y pienso: maldita sea la hora en que he aprobado on line a este frustrado narcisista ladronzuelo de los eggs.
En cuanto a la forma: dónde estás Fincher de mi vida, aquel Fincher que dirigió Seven y El Club de la Lucha? Incluso The Game? Amplío, el documental Zodiac?
La red social es larga, aburrida, da cuenta de innumerables momentos que sobran. Retrata bien sin embargo, caricaturescamente, a los frustrados sociales y sexuales de toda universidad, sobre todo las norteamericanas, y al modo en que reinvierten su maltrecha libido en nuevas empresas a todas luces exitosas. Y en cómo les gusta robar a sus amigos triunfadores como retaliación.
Qué pena de Fincher que, como mi ex amado Tarantino, va tomando la línea de los aburridos documentales de falsa denuncia social. Se han quedado sin imaginación y algo hay que esgrimir, supongo.
Qué pena de Fincher. Qué pena de imaginación.
En cuanto a la forma: dónde estás Fincher de mi vida, aquel Fincher que dirigió Seven y El Club de la Lucha? Incluso The Game? Amplío, el documental Zodiac?
La red social es larga, aburrida, da cuenta de innumerables momentos que sobran. Retrata bien sin embargo, caricaturescamente, a los frustrados sociales y sexuales de toda universidad, sobre todo las norteamericanas, y al modo en que reinvierten su maltrecha libido en nuevas empresas a todas luces exitosas. Y en cómo les gusta robar a sus amigos triunfadores como retaliación.
Qué pena de Fincher que, como mi ex amado Tarantino, va tomando la línea de los aburridos documentales de falsa denuncia social. Se han quedado sin imaginación y algo hay que esgrimir, supongo.
Qué pena de Fincher. Qué pena de imaginación.
