Hay obras que están más allá de toda crítica. Que se acercan orgullosamente a la categoría de obra maestra y se posicionan un escalón por encima de las suspicacias y los reproches. La obra de Victor Hugo, se encuentra en ese lugar.

Existen piezas musicales que superan la memoria colectiva popular y se instalan en lo más profundo del alma para ser recordadas por la eternidad, alejadas del olvido y el letargo. El musical "Los miserables", contiene canciones de ese tipo.

Ahora bien, el hecho de contar con una de las grandes obras literarias de nuestra historia, orquestada de manera exquisita por Alain Boublil y Claude-Michel Schönberg, no son una garantía de obra maestra, ni mucho menos. Hace falta la valentía y la originalidad para sorprender a un público que sin duda es conocedor de la materia prima desde la que se parte. "Los miserables" es uno de los musicales más queridos de la historia, y lidiar contra esa máxima, no es tarea fácil.

Ton Hooper, ha comprobado en sus propias carnes la dificultad de tamaña empresa. Su película, es respetuosa con la obra orquestada, pero poco más allá de sus partituras puede ofrecer. Hooper trata de hacer intimista la obra a base de primeros planos fijos en los que las canciones se hagan sentimiento puro. Por momentos lo consigue, como la genial y sublime interpretación por parte de Anne Hathaway de "I dreamed a dream", uno de los mejores momentos cinematográficos del año; sin embargo otras veces, tanto sufrimiento y dolor en primer plano, no resultan convincentes o bien llevados, pudiendo parecer repetitivos. Quizás, un tratamiento más panorámico de la fotografía en varias escenas, habría dotado a la película de más ritmo y perspectiva. A esto hay que unir, el hecho de que el musical "Los miserables", apenas cuenta con diálogos hablados, por consiguiente, casi todo el metraje el espectador se ve forzado a dividir su atención entre las imágenes y los subtítulos (por cierto, bastante lamentables aquí en España), perdiendo gran parte de la fuerza que la película podría tener. Además, la grandeza del cine, no se aprovecha al máximo con el uso de unos decorados teatrales en exceso que refuerzan el sentimiento de que estamos viendo una adaptación de un musical.

Sin embargo, seamos justos también con Tom Hooper, y aunque su labor tras la cámara podía haber dado mucho más de sí, hay que reconocerle una excelente labor en la dirección de actores. Anne Hathaway golpea con una interpretación breve pero soberbia; Hugh Jackman demuestra su saber hacer en el terreno musical y regala algunos momentos geniales; Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter cumplen con sus papeles bufonescos; Russel Crowe hace olvidar sus limitaciones vocales con su potente presencia escénica; y el resto del reparto raya a buen nivel, dando a "Los Miserables" una interpretación coral de gran calidad.

Los amantes del musical, no saldrán decepcionados para nada, pues revivirán grandes momentos en la gran pantalla. Aquellos que desconozcan las famosas partituras; al igual que aquellos cuyo nivel de inglés no sea muy alto; puede que se pierdan entre la cercanía de la cámara y el exceso de letras en el proyector... Yo me incluyo en el colectivo que se ha dejado engatusar una vez más por unas melodías fabulosas y genialmente interpretadas, y aunque esperaba más de un proyecto tan prometedor, no puedo por menos que sentirme saciado y deseando alzar mi voz tras las barricadas junto a todos estos héroes.