Michael Bay, maestro del cine de acción espectacular y digitalizado; uno de los dueños de la taquilla gracias a su visión comercial del cine basada en el artificio y la rudeza visual; ha aparcado su necesidad de apabullar al espectador con sobredosis de estruendo adrenalítico y... SE HA ATREVIDO CON LA SÁTIRA. Y seamos sinceros, el resultado es cuanto menos sorprendente. Que un director acostumbrado a un tipo de cine basado en el músculo y el poco cerebro saque a la luz una comedia descerebrada sobre tipos con mucho músculo y poco cerebro sin caer de culo en el ridículo estrepitoso tiene un mérito notorio.

"Pain & Gain" es un soplo de aire fresco en la filmografía del director de la saga "Transformers". Una sátira social (basada en hechos reales) que dinamita los cimientos del férreo sueño americano. El realizador, que en más de una ocasión ha ensalzado las bondades de su patria con mensajes heroicos sobre su nación, lanza ahora piedras sobre su propio tejado con una comedia negra que mira al ombligo de una nación en la que el éxito es un fornido héroe sin corazón. En una época en la que los valores morales se ven bombardeados por la situación social reinante en todo el mundo, este trío de perdedores estúpidos se erigen como adalides de un sueño corrompido por una nación que ha dilapidado sus principios en los bajos fondos de su "american way of life". Con toda esta carne en el asador, Michael Bay saca a flote una película entretenida y por momentos muy adictiva que en sus primeros compases resulta impecable, para perder puntos a medida que avanza el metraje. Y es que pese a todo, algunos de los defectos de Bay, terminan saliendo a la luz en la cinta. No hablo ya de su estética de videoclip, que si bien puede saturar al espectador, hay que reconocer que le sienta muy bien a la película gracias al regustillo hortera que desprende el libreto en su tono; me refiero más bien a ese afán de megalomanía que suele llevarle a pensar que cuanto más... mejor. Y dado que en esta ocasión, ha decidido prescindir de sus ejercicios de monstruosidad digital, calma sus delirios de grandeza con una obra cuyo mayor problema es su exceso de metraje. A "Pain & Gain" le sobran muchos momentos, los cuales pueden dar al traste con la atención del público, ganada en los primeros minutos del film.

Sin embargo, Bay sale del paso con una cinta que para un servidor está entre las mejores de su filmografía, por su riesgo y atrevimiento. Con un reparto hilarante en el que tanto Wahlberg como "The Rock" dan un auténtico recital de caricaturización de sus roles típicos para deleite del histrionismo, "Pain & Gain" no es ni de lejos una obra maestra; pero hay que saber valorar el esfuerzo de un realizador, anclado en una fórmula que siempre le ha dado el éxito, que en esta ocasión busca ir un paso más allá con la película menos suya de las que ha dirigido. Sin duda, y por esta vez, Michael Bay es un hacedor.