Es necesario muchas veces volver la vista atrás. Recordar lo que fuimos. Lo que forjó nuestro carácter, nuestra manera de ser y todo aquello que nos hizo soñar. Algunos habrán soñado con ser grandes futbolistas; otros verían su futuro idílico en lo alto de un escenario soñando con ser una estrella del rock. Tim Burton siempre ha soñado con ser el chico raro; el que quedaba en el rincón del recreo vistiendo de negro; el que llenaba de dibujos macabros los libros de historia; el que soñaba con cementerios por almohada y cadáveres como amigos.

Tim Burton había olvidado ese pasado, e intentaba integrarse en un universo que no está hecho para él. Él es un "niño raro" dentro del mundo de Hollywood, y tratar de ocultar esa realidad nos trajo decepciones como "Alicia en el País de las Maravillas" o "El planeta de los simios". Sin embargo, la regresión a la infancia es algo que puede dar muchas alegrías tanto para aquel que la experimenta como para todos aquellos que esperamos el producto de ese retorno al pasado.

Y tras este experimento, podemos gritar a los cuatro vientos que Tim Burton ¡¡¡está vivo!!!. El genio que deslumbró a tijeretazo limpio, y que alcanzó la excelencia con "Big Fish", abonando el camino con joyas del séptimo arte, encuentra su quinta esencia volviendo a lo que le vio nacer. "Frankenweenie" es un homenaje a sí mismo, a su ópera prima y a su manera de ver el mundo. Pero también es un homenaje a todo aquello que educó su talento. Una manera de hacer cine y de crear terror que ha quedado relegada al olvido bajo vísceras y sangre. Una vista al impresionismo alemán mezclado con Karloff. Un pedazo de la Warner traído por Disney.

Su cine recupera esa magia gótica que empapa la pantalla con un diseño de producción soberbio. Su historia destila humor negro y personajes desubicados de una realidad que les es ajena, en la mejor tradición de "Beetlejuice" o "Ed Wood". Incluso la partitura de Danny Elfman resulta contenida y respetuosa con el trabajo de un genio que crea para su público.

La única pega que esconde "Frankenweenie" es la necesidad del director de reciclar una idea ya creada para volver a deslumbrarnos. Pero, hay muchos motivos de celebración en esta cinta, pues nos devuelve el gran talento de un realizador que deslumbró a todos, y que nos enseñó que ser el raro del recreo, a veces puede ser fantástico.