El título de mi crítica es soez e irrespetuoso: justo como esta película. Y no me estoy refiriendo a que lo sea por atacar desde, la más que evidente intención de su director, a una serie de colectivos o estereotipos. Es ofensiva, carente de la más mínima objetividad y, está PLAGADA de tópicos políticamente correctos. Cuando intentas criticar algo con intención de denuncia o revelación; más te vale que pongas en ello un mínimo de coherencia, de sensatez y de madurez. De no ser así, el resultado se vuelve contra tí porque NO TE TOMAN EN SERIO. Nadie que sea caricaturizado hasta el exceso, puede resultar creíble. No todos los curas son pedófilos ni almas caritativas; no todos los transexuales-homosexuales con excelentes personas libres de culpa ni, lo contrario; no todas las monjas son putas pervertidas ni personas dedicadas enteramente a la bondad; no todos los chavales son ángeles ni demonios. En este panfleto escrito desde la ira, el rencor, los prejuicios y deseos infinitos de venganza, todo rastro de verosimilitud se diluye entre escenas desagradables y totalmente prescindibles, algunas interesantes y, cientos de clichés hartamente desgastados y, perfiles previsibles y planos. La cosa está clara: TODOS lo que estén en un lado SON LOS MALOS y, TODOS los que estén al otro LOS BUENOS. Así de infantil, inmaduro y limitado. Cualquier atisbo de realidad, se perdió desde que Almodóvar empezó a "perpetrar" esta cosa que, francamente, resulta difícil de tragar. La historia en sí, es tan simple, tan vista, tan blanco/negro que... difícilmente puede contentar a nadie... ni siquiera a aquellos que crean poder trazar esa línea tan delicada entre MALOS y BUENOS y, sean capaces de situarse en uno de los "bandos". Patética.