La segunda película de Raúl Cerezo y Fernando González Gómez es ante todo una lección de cine. Es ante todo una radiografía de la sociedad, una que desprecia a nuestros mayores. De una manera muy inteligente, los ferezo utilizan las imágenes sobre todo para convertirlas en buen cine. Manuel tras perder a su mujer, es acogido por su hijo. Lo que desencadena una serie de hechos, de lo que todo se vuelve más inquietante, con claros homenajes a Hitchcock, Polanski y Carpenter. Con una cuidada y esmerada fotografía de Ignacio Aguilar, todo trascurre ante nuestros ojos sin dar respiro.Zorion Eguileor esta sobérbio en su papel de abuelo, lo mismo que la jovencísima Paula Gallego, que merece una mención aparte. Es hermosimo cuando están los dos juntos. No hay grandes sustos ni los directores pretenden, no es una película de terror es un drama disfrazada de terrorifica realidad con tintes fantásticos. Una película donde la temperatura sube a cada segundo y sin respiro