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Voto de xy1969:
9
7.1
71,310
Ciencia ficción. Intriga. Thriller
Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razon todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres ... [+]
2 de enero de 2007
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debería gustarme esta película, pero es tan, tan buena, que le perdono que sea triste, sucia, violenta y gris.
Cuando quieres ver una película de ciencia ficción tienes la oportunidad de elegir entre desenfrenadas carreras espaciales y trepidante acción aventurera de programa doble o sesudas aproximaciones a futuros pesimistas y totalitarios. Como soy de los que cree que el pesimismo goza de una injustificada buena reputación suelo preferir la ciencia ficción de comedia y space opera. Pero este caso es una excepción, una de esas excepciones tamaño agujero negro, como “1984”.
Si no has visto aún la película fíate de las muchas y documentadas críticas que verás por aquí diciendo que si la cámara al hombro o que si la música. Yo sólo voy a contarte un par de cosas por las que merece la pena, de esas cosas generalmente amargas que te dan vueltas y vueltas y que tienes que escupir fuera de alguna forma hablándolo con alguien, aunque casi seguro será alguien importante, porque no le contamos según qué cosas a todo el mundo ¿verdad?
Cuando quieres ver una película de ciencia ficción tienes la oportunidad de elegir entre desenfrenadas carreras espaciales y trepidante acción aventurera de programa doble o sesudas aproximaciones a futuros pesimistas y totalitarios. Como soy de los que cree que el pesimismo goza de una injustificada buena reputación suelo preferir la ciencia ficción de comedia y space opera. Pero este caso es una excepción, una de esas excepciones tamaño agujero negro, como “1984”.
Si no has visto aún la película fíate de las muchas y documentadas críticas que verás por aquí diciendo que si la cámara al hombro o que si la música. Yo sólo voy a contarte un par de cosas por las que merece la pena, de esas cosas generalmente amargas que te dan vueltas y vueltas y que tienes que escupir fuera de alguna forma hablándolo con alguien, aunque casi seguro será alguien importante, porque no le contamos según qué cosas a todo el mundo ¿verdad?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay una escena en la que Michael Caine decide que toca morir, que no se puede sobrevivir a todo siempre y que la dignidad se puede conservar incluso haciendo bromas delante de una pistola. Hay una enorme sabiduría y un reposado y profundo amor en el momento en que sabes que ha dado sus dosis de suicidio a su mujer, torturada y ausente, y a su perro, pero que él ha decidido morir a manos de los que persiguen y acosan y no dan tregua y son mezquinos y no le entienden. Si el callejón no tiene salida sólo puedes elegir que te encuentren de frente o de espaldas.
He visto pocos finales tan redondos como el de esta historia. Una mujer sola y sin capacidad de salvarse a sí misma con la salvación de todos los hombres entre los brazos esperando entre la niebla a un barco que no sabe si vendrá… y que para colmo se llama “mañana”.
Sé que la violencia coreografiada es hermosa, o puede serlo, como también lo es la explosión de una bomba atómica aunque además sobrecoja y espante. Por eso me llama tanto la atención la austera y seca violencia de esta película. Los estallidos violentos son imprevisibles y contundentes. Matan. Y no estoy acostumbrado a que me enfrenten con lo arbitrario que resulta que alguien viva o muera, lo contingente de todo esto que creemos necesario y permanente. A los pocos minutos de iniciarse matan a la protagonista, como hizo Hitchcock en Psicosis, y todos sabemos que el primer mandamiento de todo aficionado al cine es que no debe tomarse el nombre de dios en vano; pues no sé si complacido con el ¿homenaje?, pero sé que habría apreciado el buen resultado que del recurso hace el director, porque es el mismo resultado que el perseguido en aquella el que se consigue y con creces en esta. Todo es posible, cualquier cosa puede ocurrir, no des nada por supuesto y no te pierdas ni un segundo de lo que te estoy contando.
Es un viaje iniciático, mesiánico y navideño para los que como yo no creemos en nada, excepto quizá un poco en que el hombre como especie está muy bien pero que como individuo suele dejar mucho que desear. Es iniciático porque San José/Theo-dios/San Pablo/Owen se descubre a sí mismo distinto de lo que se pensaba y aquí la luz en el camino es un pelín más fuerte; es mesiánico porque esta “virgen” negra trae al salvador (y seguro que como dice Ellen Degeneres si dios existe es mujer y negra) y es navideño porque la pareja (en la que él no ha engendrado al que nacerá) trata de escapar para que nazca en un lugar seguro y finalmente lo alumbra entre penalidades y sin ayuda. Y olvídate de Zeffirelli.
Una imagen: la “virgen” negra que desnuda su preñez entre la vacas, sagrado símbolo de fertilidad desde muy, muy antiguo, mucho antes que todas estas modernísimas religiones del libro.
Y la cosa continúa y continúa, pero yo lo voy a dejar aquí. No te la pierdas, porque aunque no te guste te hará pensar.
He visto pocos finales tan redondos como el de esta historia. Una mujer sola y sin capacidad de salvarse a sí misma con la salvación de todos los hombres entre los brazos esperando entre la niebla a un barco que no sabe si vendrá… y que para colmo se llama “mañana”.
Sé que la violencia coreografiada es hermosa, o puede serlo, como también lo es la explosión de una bomba atómica aunque además sobrecoja y espante. Por eso me llama tanto la atención la austera y seca violencia de esta película. Los estallidos violentos son imprevisibles y contundentes. Matan. Y no estoy acostumbrado a que me enfrenten con lo arbitrario que resulta que alguien viva o muera, lo contingente de todo esto que creemos necesario y permanente. A los pocos minutos de iniciarse matan a la protagonista, como hizo Hitchcock en Psicosis, y todos sabemos que el primer mandamiento de todo aficionado al cine es que no debe tomarse el nombre de dios en vano; pues no sé si complacido con el ¿homenaje?, pero sé que habría apreciado el buen resultado que del recurso hace el director, porque es el mismo resultado que el perseguido en aquella el que se consigue y con creces en esta. Todo es posible, cualquier cosa puede ocurrir, no des nada por supuesto y no te pierdas ni un segundo de lo que te estoy contando.
Es un viaje iniciático, mesiánico y navideño para los que como yo no creemos en nada, excepto quizá un poco en que el hombre como especie está muy bien pero que como individuo suele dejar mucho que desear. Es iniciático porque San José/Theo-dios/San Pablo/Owen se descubre a sí mismo distinto de lo que se pensaba y aquí la luz en el camino es un pelín más fuerte; es mesiánico porque esta “virgen” negra trae al salvador (y seguro que como dice Ellen Degeneres si dios existe es mujer y negra) y es navideño porque la pareja (en la que él no ha engendrado al que nacerá) trata de escapar para que nazca en un lugar seguro y finalmente lo alumbra entre penalidades y sin ayuda. Y olvídate de Zeffirelli.
Una imagen: la “virgen” negra que desnuda su preñez entre la vacas, sagrado símbolo de fertilidad desde muy, muy antiguo, mucho antes que todas estas modernísimas religiones del libro.
Y la cosa continúa y continúa, pero yo lo voy a dejar aquí. No te la pierdas, porque aunque no te guste te hará pensar.