La sospecha de Alfred Hitchcock, es un drama de intriga y romance, notable, efectivo y atractivo. Dirigida con un ritmo dinámico, y a su forma habitual de hacer cine, realiza una obra que mezcla eficazmente lo divertido y jocoso, con lo provocador y estremecedor que resulta, la mala sospecha sobre un ser querido, y lo define con estilo, esplendor e inteligencia.
La fotografía, es rica en matices, y además bella, llamativa y vistosa, usando imágenes impactantes por momentos al estilo del director para crear intriga y suspense. La música, usada en los momentos oportunos, es hermosa y encantadora, con sonidos armoniosos. Y los movimientos de cámara y planos, están estéticamente trabajados de forma perspicaz e ingeniosa, mostrando al espectador lo que al director le interesa que este vea.
El guion, es de su esposa Alma Reville junto con Samson Raphaelson y Joan Harrison, y tiene algún toque divertido, sobre todo por la actuación de Cary Grant. Pero en líneas generales, es escalofriante y convulsivo a medida que avanza la trama, llegando a ser incitador, turbador y desde luego pernicioso. Empleando una narrativa clásica y afable, y unos diálogos graciosos y ocurrentes por parte del singular protagonista.
Las actuaciones, son notables, convincentes y remarcables. Con Cary Grant auténtico y genuino, en su línea cómica habitual, e interpretando con mucho carisma, y Joan Fontaine, ganadora del oscar por su papel de esposa sentida, cumplidora y encantadora. Todos ellos con vestuarios y caracterizaciones distinguidos, refinados y estilosos, marcando claramente la alta sociedad a la que pertenecen con sus impecables ropas. Al igual que los decorados de sus lujosas y pomposas casas, totalmente maravillosos y soberbios.
Como resultado, obtiene una obra esencial dentro de su filmografía, además de espléndida y amena por sus habituales momentos de intriga y suspense. Recomendable para todos sus seguidores, y para los amantes del buen cine clásico, ya que te mantiene pegado al asiento por tener una trama penetrante y provocadora, con un final impecable que gusta ver, unas dignas actuaciones, y un excelente trabajo técnico en su realización.