En algún lugar de los Estados Unidos una joven pareja disfruta de una placentera y anodina vida juntos. Sus trayectorias vitales se bifurcan cuando "el" Casey Affleck fallece en un accidente de tráfico, dejando a "ella" Rooney Mara sola.
Es a partir de este suceso que David Lowery director y guionista de la película, hace confluir dos conceptos, lo material y lo espiritual en una sola trama argumental, dos historias que transcurren en un mismo lugar pero en diferentes planos de existencia.

La sábana de la realidad siempre ha abrumado al ser humano, acotando su existencia al presente, haciendo que se aferre a lo material como lo único certero. En "A ghost story" también se nos muestra el otro lado de la sábana, esa parte de la vida más eterna y etérea, la parte espiritual.

Este drama espectral, posee un ritmo lento e incluso tedioso en ocasiones, escenarios austeros y escasos diálogos, pero es totalmente acorde con lo que cuenta y lo que trasmite, un grato vacío existencial.