Otra serie que intenta seguir la ola de feminismo radical que invade todos los ámbitos de nuestra sociedad, intentando dar lecciones de emancipación a una generación femenina (la actual) que ya goza de la máxima libertad y derechos imaginables.

En tiempos como los actuales, en que las mujeres ya se han liberado totalmente e incluso disfrutan de más privilegios que sus compañeros masculinos, parece raro que se siga persistiendo en este victimismo panfletario y trasnochado que adoctrina sobre la opresión de un supuesto patriarcado. Términos posiblemente válidos hace más de 60 años, pero que a día de hoy suenan más que ridículos, viendo los algodones entre los que ha crecido la nueva generación de pobres oprimidas. Mientras tanto, los hombres, atónitos, asisten incrédulos a un esperpento que no para de crecer, donde cada vez se les exige cosas más absurdas y más se les desprecia. Paciencia infinita la de los pobres chavales de hoy dia.

Esto no es igualdad, es el síndrome del niño emperador.

Una espiral de victimismo que empieza a tener reflejo en la sociedad actual: Niñas jóvenes mal criadas, egoístas, egocéntricas, que solo valoran la imagen y el físico, victimizadas e incapaces de luchar por sí mismas. Todo tiene que venir dado y masticado, a diferencia de aquello que el verdadero feminismo buscaba y que hace varios años que ya consiguió. En resumen: Se está adoctrinando a toda una generación en la exigencia de derechos cada vez más absurdos, obviando que en la vida también existen los deberes. Para hombres, y para mujeres.