Quinientos años después, las brujas de Zugarramurdi se toman su venganza a través de unos desgraciados que huyen de la policía tras haber cometido un robo muy peculiar. Todo el mundo onírico, fantástico y gamberro de Alex de la Iglesia vuelve aquí con brios renovados, en una mezcla divertidísima de acción a la americana, increíbles monstruos y tópicos de lo más cañí. Todo ello adobado con el enfrentamiento entre sexos, la guerra entre hombre y mujer, con niño incluido y "custodia compartida" entre un padre hiperresponsable pero transmutado en delincuente y una madre enfermera que roza la paranoia más brutal. La bruja Carmen Maura, de sacerdotisa suprema, es impagable. Todos los actores dan mucho de sí y mantienen el pulso vigoroso y super ameno de la historia. La música consigue el clima necesario en todo momento y es de una gran brillantez coral y orquestal.