Una más que sugerente película que nos adentra en la vida privada del director más grande del suspense. Con guiños a su propio estilo, una caracterización nada desdeñable y unas interpreteciones acordes al caché de los protagonistas. Humaniza y hace terrenal al director, da ese lado que todos anhelamos ver de los making of de las películas... Algo romántica a veces, y, aunque pasa de puntillas por tramas que podrían ser jugosas, no deja de enganchar con los paralelismos y encerronas dramáticas. Un trabajo soberbio de Hopkins y Mirren, que agradan, convencen y empatizan con el espectador. Johanson se dulcifica en demasía, pero se asienta en la trama de forma adecuada.
Destacable es el diálogo del protagonista con el espectador, al igual que sus momentos de introspección de los cuales nos hace copartícipes, que hace que tengamos la sensación de adentrarnos en la mente de Hitchcock, que no es poco.