Hay un mensaje que surge indirectamente del guión que me sirvió pues no lo veía del todo claro, y que expongo seguidamente. En parejas que siguen juntas por existir cierto conformismo, así fuere por no estar solas, se torna algo relativa la idea según la cual su solidez como pareja se mida por los años que se encuentran juntos, y hace que la aparición de otra persona pueda ser el detonante para que uno descubra que esa relación de años, que parece un gran castillo, en realidad es un castillo de naipes que puede desplomarse de un soplido. No obstante ello, ese flechazo inicial por esta nueva persona, si bien puede llevar a la ruptura de la relación anterior, no implica necesariamente que se forme una ‘nueva pareja’, sino que a la persona que dio el paso de separación se le genere serias dudas sobre sus reales y auténticos sentimientos y deseos, en buena razón porque esos años con la pareja anterior, sin considerar que tan buenos fueron, pesan.