Una historia de estafadores y, estafa tras estafa, sale estafado hasta el acomodador (oficio que ya no existe) y el espectador. La película entretiene ya que a cada paso para culminar la gran estafa central van surgiendo complicaciones y problemas cada vez más inesperados y rocambolescos, hasta un punto tal en el que, cuando dejas de admitir tanta contrariedad y tanto rizar el rizo, se alcanza un final imprevisto, sorpresivo e inadmisible que, aparentemente, cierra el círculo de todas estafas. Personalmente, me he sentido estafado por este final (quizá esa intención lleve la película), no por la brusquedad del giro inesperado, sino por lo mal hilado que ha venido y las enormes dudas que deja de si la trama urdida da como resultado ese colofón inverosímil.