Lo mejor sin lugar a dudas, son los países africanos, con retrato de la tribu de Ngorongoro. Algo que merece la pena ver. También es interesante, como la película invadía todos estos terrenos ya violados por el hombre blanco. Toda esta parte es curiosa.

Pero... lo siento, yo soy así. Hay muchas escenas donde cazaban animales para ser transportados a los zoos. A mí esto me ha conmovido muchísimo. No puedo evitarlo, y consecuente a mis principios y mis ideales, no me ha gustado nada como se ha llevado esta película por el trato a los animales, o simplemente, ensalzar el trabajo de estos contravandistas, que a parte de saquedar África de otros materiales (que aunque aquí no se nombra, todo el mundo lo sabe) encima nos llevamos a los animales que viven allá.

A parte de que la película se hace interminable, con idas y venidas de amoríos. Eso sí, el amor entre dos hombres se hace palpable, entre el francés y el rubito. Sí sí, mucho ir detrás de una mujer, pero al final se van ellos dos solos a Francia, diciendo que es por una mujer, por la misma mujer, ya ya... amor homosexual enmascarado.