Nos encontramos con la típica producción francesa. Todo muy natural y realista, exteriores e interiores, y sin una pizca de originalidad o de creatividad. Resulta muy pobre y hay veces que a uno le da la impresión de que está viendo un catalógo de muebles, de decoración, de venta de casas en una urbanización de las afueras, etc.
La dirección demuestra una falta de ideas y de recursos propias de un documental de aficionados. Es extremadamente lenta y reiterativa además de no tener claro cómo narrar la historia. Parece mentira que una plelicula de este tipo se haga pesada y mira que es difícil. Pues este director lo consigue. El resultado es que es algo muy similiar a cualquier programa de humor hecho a base de gags sueltos. Parecido al que vemos en fin de año. No puedo dejar de notar lo cutre y chabacano que es en algunas escenas; muy propio de los que son conscientes de su incompetencia y que con algo han de intentar "provocar" a los demás; cosa que no logra. La provocación es un arte que requiere inteligencia y aquí no la hay por ninguna parte.
La historia tiene mucho potencial pero aquí la han desperdiciado y no han sabido desarrollarla con un mínimo de sentido y de coherencia. Como ya he dicho, ha quedado como un conjunto de gags sin orden ni concierto. No hay guion.
Los protagonistas están normalitos, en unos papeles algo tontos y exagerados. Nada que destacar.
Resumiendo; no la vería dos veces. Es un perfecto ejemplo de que el cine francés está peor que el español.