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Voto de Klara:
2
6.2
5,983
Thriller
Thriller psicológico que gira en torno al interrogatorio, por parte de un agente del FBI, a un sospechoso de terrorismo para que confiese la ubicación de tres bombas nucleares preparadas para detonar en los E.E.U.U. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me recuerda a las de espías o suspense de los años 30/40/50, buenas o malas pero con tramas plagadas de situaciones inverosímiles y muy "melodramatizadas", que los ingenuos espectadores de aquella época admitían sin cuestionarse si el argumento era plausible, pues su único interés era la pura diversión (o eso pensaban los estudios). Afortunadamente tanto los espectadores como el cine nos hemos hecho más adultos y ahora podemos contemplar películas duras que presentan situaciones complejas mucho más cercanas a la realidad y que pueden molestar a los poderes públicos.
Sin embargo con esta película parece, a pesar de su aparente dureza, que volvemos para atrás como los cangrejos, porque nos quieren volver a hacer creer tontadas que no se tragaría actualmente ni un crío de diez años, a saber: que un único terrorista va comprando y montando armamento nuclear cómo y dónde a él le place, sin ayuda de nadie, sin que ningún servicio secreto se dé cuenta hasta que ya está todo montado y que es detenido motu propio* por oscuros motivos que no se desvelan y que desarrollo más abajo.
El argumento es flojísimo, pero si el desarrollo es bueno, todavía tendría un pase, como las buenas pelis. Pero no, es aburridísimo: parece un capítulo alargado de una serie de TV, de estudio, sin medios cinematográficos. La acción es cansina y repetitiva (torturan/dejan de torturar/torturan al sospechoso, todo el rato...) y los personajes nada creíbles. Solo me impulsó a verla terminar el creer que no podía ser tan simple, tan de tebeo antiguo, que había algún giro de guión, o que algún personaje que parecía ser una cosa fuera en realidad otra... pero qué va, no da para más, es así de maniquea.
En cuanto al dilema moral, yo no lo he visto por ninguna parte: de facto todos los "buenos" acaban estando de acuerdo en que torturar a una persona es deseable si se impide con ello la muerte de otras personas; en todo caso difieren en el grado de las torturas, no en su uso. No es una película-denuncia, sino que, con chulería, sobre todo en el final, se reafirma completamente en la necesidad de aplicar violencia contra los violentos... y los hijos de los violentos.
Sin embargo con esta película parece, a pesar de su aparente dureza, que volvemos para atrás como los cangrejos, porque nos quieren volver a hacer creer tontadas que no se tragaría actualmente ni un crío de diez años, a saber: que un único terrorista va comprando y montando armamento nuclear cómo y dónde a él le place, sin ayuda de nadie, sin que ningún servicio secreto se dé cuenta hasta que ya está todo montado y que es detenido motu propio* por oscuros motivos que no se desvelan y que desarrollo más abajo.
El argumento es flojísimo, pero si el desarrollo es bueno, todavía tendría un pase, como las buenas pelis. Pero no, es aburridísimo: parece un capítulo alargado de una serie de TV, de estudio, sin medios cinematográficos. La acción es cansina y repetitiva (torturan/dejan de torturar/torturan al sospechoso, todo el rato...) y los personajes nada creíbles. Solo me impulsó a verla terminar el creer que no podía ser tan simple, tan de tebeo antiguo, que había algún giro de guión, o que algún personaje que parecía ser una cosa fuera en realidad otra... pero qué va, no da para más, es así de maniquea.
En cuanto al dilema moral, yo no lo he visto por ninguna parte: de facto todos los "buenos" acaban estando de acuerdo en que torturar a una persona es deseable si se impide con ello la muerte de otras personas; en todo caso difieren en el grado de las torturas, no en su uso. No es una película-denuncia, sino que, con chulería, sobre todo en el final, se reafirma completamente en la necesidad de aplicar violencia contra los violentos... y los hijos de los violentos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
*El terrorista es "uno de los nuestros": un soldado estadounidense convertido al islam y experto en desactivación de bombas. Se le supone inteligente, pero, en un giro absurdo de guión, él mismo se entrega en un centro comercial, en un supuesto gesto de desafío ante las torturas que sabe que les esperan y que "está entrenado para soportar", según el agente de la CIA (Samuel L. Jackson) al que llaman para "interrogarle". ¡Valiente tontería! ¿Alguien ha visto a un terrorista de estos entregarse vivo, dejarse torturar simplemente para probar su fe y su hombría? Estarán locos, pero no son tontos.
El tema de la "entrega" chirría desde el principio por su falta de coherencia, tanto con la realidad como con el personaje en sí mismo... A no ser que toda la situación y el argumento de la película sea una mera pantomima para enmascarar lo que es el contenido implícito y real del film: el largo desarrollo de una sesión sádica entre dos hombres. Jackson se comporta desde un principio no como un frío profesional de la CIA sino como un auténtico sádico que disfruta causando dolor, y el terrorista no pierde el tiempo en ponerse en sus manos. Las torturas quieren parecer reales, como las que han salido a la luz en los medios de comunicación, pero, sospechosamente, se elude todo tipo de humillación y vejación sexuales, tan común en estos casos, por desgracia (si al tío ni tan siquiera le quitan el slip, qué caballeros);¿es creible eso en por parte de Jackson, un tipo sin escrúpulos? Claro que no. Lo que pasa es que si se muestra una escena de este cariz, toda la tramoya se viene abajo y nos quedamos con lo que es este bodrio: un argumento de tebeo traido de cualquier manera para justificar una colección de escenas morbosas entre dos hombres, aún a pesar de que no haya sexo entre ellos.
El tema de la "entrega" chirría desde el principio por su falta de coherencia, tanto con la realidad como con el personaje en sí mismo... A no ser que toda la situación y el argumento de la película sea una mera pantomima para enmascarar lo que es el contenido implícito y real del film: el largo desarrollo de una sesión sádica entre dos hombres. Jackson se comporta desde un principio no como un frío profesional de la CIA sino como un auténtico sádico que disfruta causando dolor, y el terrorista no pierde el tiempo en ponerse en sus manos. Las torturas quieren parecer reales, como las que han salido a la luz en los medios de comunicación, pero, sospechosamente, se elude todo tipo de humillación y vejación sexuales, tan común en estos casos, por desgracia (si al tío ni tan siquiera le quitan el slip, qué caballeros);¿es creible eso en por parte de Jackson, un tipo sin escrúpulos? Claro que no. Lo que pasa es que si se muestra una escena de este cariz, toda la tramoya se viene abajo y nos quedamos con lo que es este bodrio: un argumento de tebeo traido de cualquier manera para justificar una colección de escenas morbosas entre dos hombres, aún a pesar de que no haya sexo entre ellos.