Primera parte: Rezuma testosterona y culto a la impostada virilidad de un mel gibson que ya aburre. Especialmente la verosimilitud de la actuación de su joven cooprotagonista ridiculiza más si cabe el papel de Gibson, y nos hace preguntarnos como habría quedado la película en las manos de cualquiera los directores latinoamericanos del momento (Gaviria, Escalante...), o la misma Bigelow. Si no fuera por la realidad tan salvaje y dramática en la que se cisca, se diría que es de chiste. En todo caso, puede decirse que ver a Mel Gibson pasear esa varonil superioridad de audaz cowboy por las calles del "pueblito" es un chiste... de mal gusto.
Segunda parte: la película se divide en dos: Mel Gibson sigue ejerciendo patéticamente de listillo, en lo que sería casi una comedia... al otro lado realismo, drama y electrodos.

Conclusión: deberían haberse aclarado entre el drama carcelario o la parida pseudocómica al servicio de su protagonista.