Duele bastante ver como Clint Eastwood dirige este film que aprovecha la historia de Chris Kyle para simplemente hacer otra película sobre que grandiosos son los americanos y que la guerra de Irak sólo tuvo un culpable y ese culpable no fue América. Vamos lo que viene a ser un Black Hawk Derribado pero sustituyendo la época y el conflicto bélico.
Pues no cuela. Bien es cierto que el propio Chris Kyle era más patriota que el tío Sam y que le importaba un pepino cualquier conocimiento político respecto a lo que estaba haciendo, que vivía sólo para defenderse y defender a su país pero...es que ya es excesivo. El hermano es presentado como un desertor cuando explica que no puede con las secuelas, prácticamente no vuelve a salir en la película y no se cuenta nada más de él, los americanos grandes héroes sólo mueren de forma épica tras tres mil balazos mientras que a la primera de cambio estos se cargan con una facilidad asombrosa a cada iraquí que asoma la cabeza.
También me jode el poco juego que le dan al tema familiar (Sienna Miller y sus escenas están de puro relleno) o centrarse un poco más en algunas cosas (el pasado de Chris como ranchero o el duro entrenamiento militar). Y todo esto rodado con piloto automático (cosa comprensible) y con Bradley Cooper dándolo todo.
Por no decir que el discursito del padre al principio...manda cojones.