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Colombia Colombia · Barranquilla
Voto de RICK007:
10
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se puede decir que este mundo no sea indolente. La misma naturaleza premia a aquellos con mayores y mejores capacidades para adaptarse, para evolucionar. Algunos animales lo hacen con su fuerza, otros con su velocidad, con su paciencia, con su astucia, con su inteligencia, con sus recursos defensivos; aun así, todos están expuestos al ecosistema, a la naturaleza, al medio ambiente, como le queramos llamar, pero aun siendo los más fuertes o inteligentes, el entorno puede decidir que tanto pueden sobrevivir. Pero es posible que el león o el tigre, fuertes e imponentes, sean blancos, y que su “anomalía” les impida ser competitivos y que su mejor fortuna sea que terminen como animales de circo. Peor suerte corren cuando al llegar a viejos no tienen como alimentarse, o aun peor cuando su "anomalías" le impiden no solo camuflarse sino correr, morder, picar o volar. En definitiva y reflexionando un poco sobre esto podemos notar que el mundo tal cual como existe y su delicado equilibrio natural ya agredido hace mucho es terriblemente cruel. La madre naturaleza siempre nos está sorprendiendo mostrándonos no sólo toda su belleza y poder sino su crueldad, que no tiene, sin embargo, ningún juicio moral que pueda hacérsele. Mirando desde ese prisma, nosotros como seres humanos somos el mejor ejemplo de esa naturaleza indolente, pero a diferencia de la naturaleza nosotros estamos sujetos a los juicios éticos, a los juicios morales, a comportamientos que lastiman a las personas, a asumir que nuestras burlas y la forma en que ejercemos presión sobre las personas por sus limitaciones físicas, intelectuales, emocionales o sociales no las afectan y que las consecuencias por todas estas conductas no son nuestra responsabilidad. No es nuestra responsabilidad si alguien se suicida por el bullying, o si toma una mala decisión por presiones sociales. Sé que es un tema tan extenso como complejo, pero JOKER nos las pone de esta manera: “las personas se afectan por nuestra negligencia e insensibilidad social y somos culpables”, el que mata y el que da el arma, el que roba y el que motiva al delito, el que lastima y hace de la víctima un potencial victimario. Y por supuesto si nuestra responsabilidad individual y colectiva es innegable, Joker nos muestra la negligencia y la insensibilidad social sistemática pero no de nosotros sino la del Estado, la del Sistema que hace las veces de madre naturaleza y que tiene la función de permitir que cada persona se adapte de la forma más equilibrada posible socialmente, en todos los sentidos, pero que en cambio aísla o permite el aislamiento sin hacer mayor cosa. Que la mayoría de las riquezas pertenezcan a un pequeño porcentaje de poderosos, que los recursos abunden para todo tipo de proyectos pero no para mitigar la pobreza y el hambre, que las normas decidan que los “defectuosos”, no deben tener el derecho a vivir, que las personas se asusten con los “raros”, porque tienen síndromes, porque están enfermos, que aún se discrimine a alguien por su religión, por su raza, por sus ideas, que no exista nadie en este mundo capaz de ayudar al vulnerable y al enfermo, que el sistema sea capaz de entender que fabrica muchos de sus propios monstruos, y que asuma esa responsabilidad, en la muerte de un niño por falta de atención médica, o porque sencillamente nunca logró ni logramos nosotros como civilización hacer sentir incluidos a aquellos que son diferentes, a aquellos que tienen limitaciones, y para el caso, a aquellos que tienen enfermedades mentales. Y en estos tiempos las personas viven más aisladas que en cualquier otra época, quizás, de nuestra civilización, porque tenemos todos los recursos para comunicarnos y saberlo todo, pero toda esa fuente de comunicación y de conocimiento está extremadamente individualizada, de manera que la vida se pasa en unos auriculares, en un celular, en un PC, ya mucho menos en un televisor, y eso ya es mucho decir, porque ahora son las redes sociales donde todos saben quiénes son los otros pero nadie se conoce, donde los que no pueden relacionarse con nadie pueden hacer tantos amigos como ni uno solo de manera personal, de forma que quienes ya de por sí son solitarios, ensimismados, mentalmente afectados, encuentran en la tecnología y en las redes una forma de ser normales que en realidad los aísla más para ser menos normales aun. Y las personas esperan que te comportes como si nada pasara porque a nadie le importa lo que te pase, ni siquiera al Sistema encargado de ayudarte. Joker nos muestra eso, y nos muestra como alguien que es un cero a la izquierda para el mundo logra sentir que existe y es feliz y libre haciendo lo que no debe hacer, sembrar el terror y el caos, y es su culpa, y es la nuestra, que ayudamos a crear al monstruo. Eso es lo que hace de Joker una gran película. Y para representar eso necesitas un actor como Phoenix que sea el centro del universo en esa película, él es el sol, y todos los demás actores, como los planetas, giran alrededor de él, de su órbita y su genialidad. Y con esa misma sobriedad y sensibilidad, con esa estética y esa belleza que representa el arte, JOKER se eleva con su fotografía, con su manejo del guion, con la manera en que sumerge al espectador en los acontecimientos para que pasemos por todas las emociones posibles, por la compasión, tristeza, rabia, por ciertos momentos de alegría, y terminar en el estupor, y más aun, en la confusión. Esta película es arte, y es arte puro dentro de un género de entretenimiento, usando a un personaje de cómics, complejo, pero de cómics, y lo convierte en un personaje Shakesperiano, Kafkiano, en un entramado de nuestros miedos, de nuestras limitaciones y lo más oscuro de nuestra mente. Joker es una película tremendamente hermosa en su crudeza y en su aire de cuento. Podrá haber más espectaculares en el mundo de los superhéroes, pero no mejor. Hay que evaluarla dentro de las esferas más altas de las categorías del séptimo arte, donde ya es un clásico. Una maravilla.
RICK007
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