Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama Emad y Rana deben dejar su piso en el centro de Teherán a causa de los trabajos que se están efectuando y que amenazan el edificio. Se instalan en otro lugar, pero un incidente relacionado con el anterior inquilino cambiará dramáticamente la vida de la joven pareja. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película cuyo visionado no sale gratis, por el precio interno, psicológico cuando acaba. Uno sale de la sala “pensando”, en un mundo donde se piensa poco, Farhadi, con una cinta donde apenas ocurre nada explícito, va creando una espiral de suspense, humillación y venganza insólita que tras acabar el film, habita tu interior.

Este melodrama iraní-francés está organizado en una mezcla de intriga detectivesca y thriller, donde los personajes principales se encuentran atrapados en una confusa red de emociones imprecisas, sentimientos mezquinos, lóbregos, secretos, y disyuntivas morales de gran complejidad. El célebre director Asghar Farhadi realiza un trabajo de orfebrería, junto a un libreto de su autoría, en el que nada sobra ni falta, y todo está pensado al milímetro.

Tiene el film una banda sonora llamativa con música oriental muy adecuada de Sattar Oraki, y una singular fotografía de Hossein Jafarian.

El breve reparto principal se compone de un magnífico Shahab Hoseini en el rol de Emad, el joven esposo que se siente humillado, celoso y vengativo. Taraneh Alidoosti es Rana, su mujer agredida, que con su interpretación parece implorar al espectador algo de la compasión que su marido no puede darle. Estupendo Babak Karimi como amigo y confidente ocasional. Muy bien Mina Sadati como Sanam; y excelente la interpretación de Farid Sajjadi Hosseini como el autor del delito.

Asghar Farhadi coloca una enorme potencia dramática en su certitud de que cualquier persona posee motivos para actuar de una determinada manera y que cada uno de nosotros podemos pasar de la expedita luz, a la negritud de forma paulatina.

Ocurre además en esta película, que Farhadi nos ofrece con gran claridad dos puestas en escena a la vez. Una ficticia que representa la celebérrima obra de Arthur Miller, “La muerte de un viajante”, donde los protagonistas son los actores principales (representación meta-cinematográfica de la obra); y la otra real y actual del proceso menguante de un hombre cabal y brillante, con un matrimonio consolidado y una posición sólida, hasta que acontece el hecho crucial que desata la trama. Pero el asunto es que ambas representaciones transcurren de forma paralela y sin apenas rozaduras.

Película para ver, para no perdérsela, en la que su artífice, director y guionista, mantiene en perfecta armonía la tensión y la emoción, su caparazón de «thriller» y su alma de melodrama. Así es, y cuando acaba la película que hemos visto proyectada, comienza la propia, la que uno monta en su fuero interno.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow