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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama A Earl Stone (Eastwood), un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente facil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convirte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates (Cooper).
7 de enero de 2019
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película recrea acontecimientos reales con un personaje conflictivo y muy mayor a quien Eastwood dota de un carisma particular. Puede afirmarse incluso que estamos ante una película muy personal de Clint, que a la vez resulta entretenida, interesante y con las dosis justas de un humor socarrón y políticamente incorrecto.

Para disfrutar e incluso entender esta película es preciso abstraerse de sus resonancias morales o la componente delictiva del personaje. O, si se quiere, ampliar esta componente de integridad ética a otras dudosas instituciones que son protagonistas en el film como los Bancos, el Estado, la Justicia, la policía o la familia. No es una obra maniquea ni simple. Tiene muchos flecos en su trama.

El personaje se llama Earl Stone (Eastwood) y ha sido construido por los guionistas para ser agradable e incluso simpático. No es un santo, es sencillamente un viejo con un espíritu ‘libre’ de la Norteamérica neoliberal, aficionado al cultivo de los lirios en los que es todo un experto y asiduo de certámenes en los cuales consigue muchos premios. Pero a la vez es un pobre hombre azotado por unos y por otros: embargado por las financieras, sin recursos económicos para la mera subsistencia, repudiado por su familia y que a pesar de todo, siente necesidad de reparar los errores que cometió en la vida. Sobre todo con su familia, pues para él la familia es lo primero. Ello a pesar de que su existencia alocada ha hecho que la haya abandonado en numerosas y significadas ocasiones.

A Earl se le presenta un trabajo: hacer miles de millas con su furgoneta, lo cual finalmente deviene felicidad para él. No sólo por el lucro que le proporciona su irregular trabajo, lo cual le sirve para ayudar a su nieta y otros familiares. También porque gracias a esta actividad él podrá redimir en parte sus culpas cuando, contra todo pronóstico, arriesga al máximo para poder acompañar a su esposa en el lecho de muerte.

No es una gran película pero el guión de Nick Schenk y Sam Dolnick y la sabia mano de un Eastwood iconoclasta y burlón, logran que no nos movamos del asiento, marcando el film un tono narrativo más que aceptable y un devenir de la historia tan tolondro como imprevisible.

Es una película vital sobre la supervivencia en un mundo difícil y despiadado. Y es también una obra que aborda ideales y creencias desde cierta visión melancólica.
Kikivall
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