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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama. Comedia Un buen día, la señorita Shepherd (Maggie Smith), una mujer de orígenes inciertos, aparca su furgoneta en una acera de Londres, en el acceso a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings). Lo que al principio iba a ser algo temporal, un favor a regañadientes, se acaba convirtiendo en una relación que cambiará las vidas de ambos. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta singular película, una especie de mendiga mayor, la señorita Shepherd (Maggie Smith), mujer de cuyos orígenes se sabe poco, decide aparcar su destartalada y vieja furgoneta en una acera de Londres, justo en el lugar por donde se accede a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings).

El poco prolífico director Nicholas Hyter ha dirigido algunas películas meritorias, siendo que me parece un realizador ingenioso y profesional y en esta película, Hyter sabe aprovechar ante todo el apartado actoral, acompañado de un original y excelente guión de Alan Bennett. Bennet es aquí una sólida pieza, un escritor (dramaturgo, novelista y actor) importante y de variado registro. Todo lo que ocurre en la película, le pasó a Bennett en la realidad: durante quince años el escritor tuvo a una anciana vagabunda y su ajada furgoneta aparcadas frente a su casa. O sea, que habiendo sido partícipe de la experiencia, escribió un libreto, que sale de su obra literaria de título homónimo, The Lady in de Van (1989), que aunque con fabulaciones, está basada en hechos reales.

Película con toques hilarantes, no hay que olvidar dos matices importantes de corte psicológico en este film. De una parte, aparecen dos caras del escritor protagonista: la del que está centrado en la literatura y ensimismado en su labor de escribir, aprovechando a la anciana como fuente de inspiración para sus líneas; y un alter ego, un Bennett distinto –no en lo físico precisamente- que en el film aparece para invitarlo a vivir y abandonar el teclado. Con lo cual hay un Alan Bennett perdido entre sus escritos y otro que redime su introspección con la anciana Shepherd, que es toda una realidad fehaciente. De otro lado está la figura de su madre y la ambivalente y conflictiva relación que Bennett mantiene con ella, la cual relación en cierto modo se extrapola e incluso se exonera en su vínculo con esa otra “madre” simbólica que es la mendiga.

Y como digo podemos reír a costa con la actitud avinagrada, exasperante e impertinente de la señora, así como también de su inoportunidad a la hora de hacer de vientre, para lo cual, en el mejor de los casos debe utilizar el cuarto de baño de Bennett. Sin embargo, desde mi modo de ver, no estamos ante una película de humor, sino más bien dramática.

La música de George Fenton, donde aparecen obras clásicas de Schubert o Chopin, es excelente; y lo es igualmente la fotografía de Andrew Dunn. También es estupenda la puesta en escena, que recrea el Londres de los setenta y ochenta del pasado siglo.

El reparto es ante todo y sobre todo una actriz británica, una mujer de excelencia de nombre Maggie Smith, bien conocida en el mundo del teatro y el cine. Está igualmente en un nivel de excelencia Alex Jennings, que interpreta al escritor Bennett, contraparte de Miss Shepherd, que sabe aportar lucidez y saber estar al personaje que, con su estilo propiamente británico, se mueve dentro de un relato ciertamente estrambótico.

Si hacemos un pequeño trabajo de perspicacia, nos damos cuenta que el foco de la obra no es la mujer mendiga, sino más bien el fuerte efecto que su presencia tuvo en el escritor Alan Bennett. La película muestra, para quien lo sepa ver, que Miss Shepherd, con un pasado lleno de tragedias, traumas y conflictos, esta señora culta y religiosa también, tiene su lugar primordial en la obra y probablemente la tuvo en la propia vida real de Bennett, a modo de personaje cuya razón de ser es que el escritor se conozca a sí mismo, y para que él pueda resolver asuntos de su intimidad que no habría podido abordar de no haber sido por la presencia de la mendiga y su furgoneta ante su casa.
Kikivall
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