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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Musical. Infantil. Fantástico. Comedia Londres, comienzos de siglo XX. La vida de una familia inglesa formada por un padre banquero, una madre sufragista y dos niños rebeldes -que pretenden llamar la atención de sus padres haciendo la vida imposible a todas las niñeras-, se verá alterada con la llegada de Mary Poppins, una extravagante institutriz que baja de las nubes empleando su paraguas como paracaídas. Debut y Óscar para Julie Andrews en este clásico del cine familiar ... [+]
22 de diciembre de 2018
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Ahora que se estrena la segunda versión de Mary Poppins, o sea su ‘regreso’, quiero escribir unas líneas sobre la primera versión con la que tanto disfruté en mis años de infancia. La cosa fue así.

En mi muy corta edad, Mary Poppins fue una de las muchas películas que mis padres nos llevaron a ver. Fue en un precioso cine de verano y… era verano, claro. Cálida noche en la zona más meridional de España, Atlántico al fondo, todos contentos y una estupenda película con la que disfrutar. Una institutriz que se dispone a poner orden en una familia con dos diablilos por hijos. Es Mary Poppins y baja del cielo con una sombrilla para alborozo del público y particularmente de los niños.

Película con una excelente y eficiente dirección cara a la galería de Robert Stevenson, con un magnífico guión muy dinámico y trabado de Bill Walsh y Don DaGradi, adaptación de la famosa obra homónima de la la actriz y escritora británica nacida en Australia Pamela Lyndon Travers. Genial, alegre y pegadiza música de Richard M. Sherman y Robert B. Sherman, y una fotografía muy colorista de Edward Colman.

El reparto eran ante todo y sobre todo la preciosa Julie Andrews que además cantaba como los ruiseñores y que enamoraba a adultos y niños. Y un Dick van Dike, el joven saltarín y alegre deshollinador y galán, que quiere ganar –castamente- el corazón de la Poppins.

Una película que sé que ahora resultaría en exceso dulce pero que en aquellos entonces gustó muchísimo a pequeños y grandes: ¡todo un éxito de taquilla!

Fue además una película multipremiada, por ejemplo, se llevaría en ese 1964 ¡5 Oscars!: actriz (Andrews), canción, BSO, montaje, efectos visuales. Sesgada como está mi memoria por el disfrute que me proporcionó yo digo: ¡me parece justo! Yo sé que no es un film cumbre. Pero cumbre ¿en qué? En mi familia lo pasamos pipa y nos fuimos a dormir soñando con la famosa nani y siendo un poco mejores que antes de verla, pues Poppins transmitía educación con buena onda.

Resumiendo: película-deleite, obra para recordar, interpretaciones, danza y canciones de puro lujo, clásicas ya, y la Andrews a la cabeza, pero van Dicke no le iba a la zaga. Efectos especiales elegantes, secuencias semianimadas maravillosas y espectáculo impecable.

¡Ah! Por cierto, luego la habría de visionar como seis o siete veces más. Y me seguía gustando.

Y eso sí, de memoria me sigo sabiendo esa canción mágica del film que hasta se puede decir al revés: “Supercalifragilisticexpialidocious”.
Kikivall
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