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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Comedia Julián y Tomás, dos amigos de la infancia que han llegado a la madurez, se reúnen después de muchos años y pasan juntos unos días inolvidables, sobre todo porque éste será su último encuentro, su despedida. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2017
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El director de este film es Cesc Gay, un joven director barcelonés nacido en 1967 y autor de películas reconocidas. En todas ellas, Gay nos regala una mirada llena de ironía y no exenta de humor ante las flaquezas de sus personajes. E igual ocurre en esta película, pero se da la diferencia con relación a los anteriores filmes, en los cuales hace un tratamiento más de conjunto y coral. En esta película se centra solo y fundamentalmente en dos personajes: los dos amigos Julián y Tomás. Gay hace una exposición en Truman del lado trágico de la vida, el más nefasto, la muerte, la inminencia del final. Mas no por ello olvida el humor, provocar la risa y la sonrisa del espectador, con un tono agridulce; hay también causticidad en su enfoque, en ocasiones cruel. Y lo hace con un pulso narrativo muy interesante, preciso, sugerente, con perspicacia y elegancia ante la compleja temática.

El guión del propio Gay junto a Tomás Aragay es casi perfecto, trabajado, justo, sobrio y sin retruécanos excesivos. Abandona el lugar de la lacrimogenia, recurriendo más bien a las pinceladas de una inteligente comedia intimista que sabe auscultar los sentimientos ocultos e intrincados de los personajes. El libreto está basado en un diario que escribió relacionado con una difícil situación personal que vivió el propio Gay, cuando tuvo que acompañar a un ser querido durante el proceso de su enfermedad. Gay dice que sus películas surgen de él mismo, de su propia experiencia y de su entorno, de lo que ve y de lo que siente.

Y si dirección, guión, música y fotografía hablan de una excelente película, el reparto es el pilar prínceps del film, sobre todo por un Ricardo Darín de lujo, uno de los mejores actores actuales, que ofrece un recital inconmensurable que roza el límite de la perfección, con un auténtico nivel de excelencia. No quiero olvidar la genial interpretación que hace Javier Cámara, al que Darín parece inspirarle y sacar de él lo mejor. Cámara, un gran actor y un gran trabajo en esta cinta también. Dolores Fonzi está, amén de muy linda, estupenda en un rol dramático, que afronta.

La película trata, pues, de abordar la muerte desde el plano de la amistad, pero igualmente como un asunto social, cultural, que atañe a las amistades y conocidos que rehúyen al protagonista enfermo, a la funeraria a la que acude, a su propio trabajo del cual lo despiden sin consideración por su terminalidad, etc. Y es que ocurre que en estos tiempos, nuestra cultura y nuestras maneras de relacionarnos con la muerte y el morir, han cambiado notoriamente. Se muere en hospitales e instituciones, prácticamente en soledad.

Gay consigue ser claro en un equilibrio inestable y con la justa carga emocional. Entra en el delicado territorio de lo íntimo, pero sin hacer “mercado” de las emociones, sin gritar ni hacer impostura del dolor. Este film es una obra desvestida de aspectos innecesarios, incluso sencilla. Además, es como que en vez de mirar nosotros el film, fuera la pantalla la que nos mira a nosotros por frente y por derecho. Del mismo modo que lo hace la metáfora del perro Truman, un perro viejo al que le queda igualmente poca vida, un perro feo y a la vez sentimental que sirve en la cinta a de forma alegórica, y que entre otras, simboliza la amistad y la lealtad.

En fin que lejos del efectismo exaltado de algunas películas americanas sobre el tema (recuerdo aquí La fuerza de vivir, 2006, esta película es interiormente afligida pero por fuera nos hace sentir bien avenidos con nosotros mismos. Es la amistad, es la frontera con la muerte, es drama, pero no le falta sentido del humor. Es la certeza de un final, pero también la seguridad de la mano amiga que incluso salva a Truman de la quema y del penar del duelo.
Kikivall
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