Lo único que reduce la calificación de este thriller de suspense es el hecho de usar el nombre y los últimos días de Allan Poe como excusa para toda la historia. Y no es que no resulte adecuado el papel de Cusak como premiante escritor, sino que el personaje más pobre y nimio de todo el conjunto es justamente el del malogrado poeta que no consigue hacer sombra a un detective -Luke Evans- que le arrolla en cada escena que comparten juntos. Dejando de lado esta torpeza -toda una pifia no saber estar a la altura del nombre que se representa: Edgar Allan Poe-, como cinta de suspense e intriga, asesinatos y verdadero amor, merece todos los respetos; con los ingredientes adecuados como valorar más el amor de tu vida que tu propia existencia, la tensión de botar del sillón por lo inesperado de la escena, cambiar una empalagosa felicidad por el dolor de una miseria y desgracia que reaviva toda tu creatividad, una excelente ambientación gótica que nada tiene que envidiar al propio Sherlock Holmes, las adecuadas y nada-abusivas escenas sangrientas que decoran una fúnebre y siniestra atmósfera que..., repitiéndome, serían parte de una ápta y conveniente película pero, usando como referencia la vida, personalidad y obras del mencionado poeta y literato -el que desee que eche un vistazo a sus creaciones y lo entenderá- es toda una garrulada que a duras penas se acerca a la inquietante y turbulenta fantasía que llegaba a poseer el citado. No usemos el nombre de Poe en vano!