Poética y sensual, tan apasionada como el propio tango es esta historia belga que esconde la relación sorpresiva e inesperada de una guardia con la esposa de un preso y amante de otro; profundamente delicada dentro de su dureza externa sólo en el desenlace final se vuelve un poco vulgar, corriente pero, a la vez, imprescindible para mostrar una resolución de a pie. La música como un protagonista más en cada fotograma, muy acertada, acompaña a un protagonista cuya torpeza te enamora y saca de quicio por igual; soledad a raudales, delicadeza en cada movimiento, en cada sutileza que muestra sin apenas palabras. Sientes su desesperación, vislumbras un doloroso drama, una ingenua esperanza, su mal-entendido amor. Relato de un apasionante cuarteto amoroso únicamente separados por los muros de una cárcel pero con las mismas necesidades, ansiedades, frustraciones, deseos, sueños...; familia atípica que esconde una forma diferente de entender el amor, con una exquisita técnica, con una magnífico guión, buenos actores y sentidas interpretaciones y donde la dirección rueda sola pues se trata de un espléndido trabajo que disfrutas plenamente. Cuando no puedes dejar de pensar qué pasará, como acabará este torpe desarmado, cuando sufres con su animadversión por las relaciones, cuando ves acercarse el explosivo desenlace..., has acertado en tu elección!!!. Silenciosa, con pocas palabras pero muchos gestos es una historia de gran intuición para disfrutar con el alma de un tango que te guía y salva.