Además de las más conocidas películas de Renoir, La gran ilusión, Las reglas del juego, etc. esta es otra de esas maravillas, anterior a esas. Basada en una trama bien trabada de Gorki, el guíón es de una tal claridad que hace que la película fluya.
Pero lo mejor, con diferencia, es que es una pelÍcula, coral, donde hay al menos casi una docena de personajes muy bien dibujados, cada uno con su historia propia. Destacan, como es de esperar, Jean Gabin y Louis Jouvet, en el papel grandioso de un barón arruinado.
Hay algunos planos secuencias muy interesantes. La cámara se mueve por el casi lugar único de la película, el albergue de gente pobre y desgraciada, como si lo dibujara.
Y, no se olvide, es una película del año 1936. Pienso que es en ese año cuando Renoir alcanza la maestría que sostendría después, durante años, al menos hasta 1950, con El río.