Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Rodrigo Roldán:
9
Drama Don Jaime (Fernando Rey), un viejo hidalgo español, vive retirado y solitario en su hacienda desde la muerte de su esposa, ocurrida el mismo día de la boda. Un día recibe la visita de su sobrina Viridiana (Silvia Pinal), novicia en un convento, que tiene un gran parecido con su mujer. Basada libremente en la novela "Halma", de Benito Pérez Galdós. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estos días reponen grandes obras del cine español en televisión. Y sí, volví a ver esta obra mágica y potente, la película española por antonomasia. Sexual, crítica y genial. Para un servidor, la mejor película que se ha rodado en tierra patria y que difícilmente se superará.

Buñuel pasó de las vanguardias bohemias parisinas a verse exiliado tras una guerra bárbara que nos desangró. Entendió perfectamente en México que la evasión surrealista de la realidad no servía en el cine de segunda mitad de siglo, ante la injusticia y pauperización de la sociedad. Y empezó a moverse por el realismo -no por convicción, sino por obligación-, pero incluyendo magistralmente el surrealismo de su mirada saltona (véanse los gallos de los olvidados, el esperpento del angel exterminador, o el sonambulismo, el ángelus y la última cena de Viridiana).
Tras lograr la democracia en España, volvería a su gran pasión con sus últimas tres películas, enteramente surrealistas, pues había vencido por fin y se sentía de nuevo libre, como en los años 20.

El retrato de la España de los 60, donde el tímido aperturismo supera la represión mental de la inmediata posguerra (simbolizada por Don Jaime), enfrenta tragicómicamente la España crítica y trabajadora con la beatería esperpéntica. Todo en la película tiene un significado, rápidamente identificable o de un simbolismo complejo, pero no hay puntadas sin hilo ni fotogramas sin amarrar. El clímax de la película, tras la irrupción de los mendigos en la hacienda, bosqueja la irreconciliable situación de las dos Españas y la hipocresía de la sociedad.

Y cómo olvidar la mejor burla a la censura, ese gran final. Al igual que los desheredados de posguerra se volvieron pícaros, así lo hicieron los directores de cine. Toda la película rezuma sexo magistralmente escondido y ambiguo, convirtiéndose así en crítica social además de sexo, pues todo está permitido si no se ve.

Cuando acaba la película, zapeo antes de apagar la tele. Qué lástima que Buñuel no sea inmortal, para llenar de buen olor tanta basura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodrigo Roldán
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow