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España España · Sevilla
Voto de javimele:
9
Drama. Cine negro Verano de 1949. Ed Crane (Billy Bob Thornton), un introvertido barbero de un pueblecito del norte de California, se siente insatisfecho de su rutinaria vida. Las infidelidades de su mujer (Frances McDormand) le brindan la oportunidad de ejercer un chantaje que podría ayudarle a cambiar su apática existencia. (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joel no pasa inadvertido. Esta frase la leí hace ya tiempo en un artículo sobre los hermanos Coen. Desde entonces y tras visionar todas sus realizaciones, no encuentro otra forma mejor de describir cada trabajo de estos iluminados y particulares realizadores -aunque en casi todos los casos Ethan sólo firme los guiones-.

Una película paradójica, porque es a la vez inquietante y tranquilizadora, como sus personajes. Lo primero por la trama, por los recovecos por los que discurre y por la agilidad para proponer y después resolver las situaciones más complejas; también por lo violento de la historia. Tranquilizadora por cómo está narrada, por cómo discurre el papel de Ed, personaje representado por Thornton en una brillantísima interpretación mucho más que meritoria, que propicia con cada gesto, con cada profunda calada de su cigarrillo, con cada comentario en off, que el espectador se sumerja en un ambiente sereno y equilibrado, cálido, acogedor y hasta familiar.

Otros aspectos destacables son: la acertadísima elección de la fotografía, uno de los componentes más importantes de esta película; el pulso que imprime la calmada narración en off, que trata de explicar lo que el propio Thornton se calla cuando fuma sus cigarrillos -elementos fundamentales, por otra parte, que los Coen utilizan aquí para contribuir a la definición y acercamiento del personaje-; la dramática comicidad de otras brillantes interpretaciones como las del asiduo Jon Polito, la polifacética actriz Frances McDormand y el austero Richard Jenkins, incluso el mismo James Gandolfini está bastante aceptable en su papel; todo lo anterior, en su conjunto, impulsan esta realización hasta la categoría de gran cine.

Una película notable capaz de conmovernos y hacernos sentir emociones contrapuestas, lo que por otra parte simboliza el inequívoco sello de los Coen que, como casi siempre, y por esta misma razón, adolece en determinados momentos de esa congruencia de la que estos realizadores huyen por naturaleza, algo que sus seguidores hemos aprendido a perdonar.

Sin duda, El hombre que nunca estuvo allí, como Joel Coen, no pasará inadvertida. Lo que es mucho.
javimele
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