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8
Acción. Drama Cuando China estaba dividida en siete reinos que se enfrentaron entre sí para conseguir la hegemonía, la miseria y la muerte asolaron el país. Al rey Qin, que vivía obsesionado con la idea de unificar China y convertirse en el primer Emperador, intentaron asesinarlo los otros monarcas. Entre los asesinos contratados, los más temibles eran Espada Rota, Nieve Volante y Cielo. Qin promete poder, riquezas y una audiencia privada a quien ... [+]
4 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo de niño a ver visto todas las películas de Bruce Lee gracias a la pasión que mi padre sentía por las artes marciales y por su máximo exponente en los años ochenta.

Me desligue del género gracias a Preminguer, Hitchcock, wilder, Ford, fellini, Truffaut....
Ya de adulto, sin prejuicios intelectualoides me acerque al cine de acción y películas aptas para comer con palomitas. Antes esto era un sacrilegio.
De esta manera, por mera intuición decidí alquilar dos pelis que olían a libro nuevo. Código 46 y la magistral Hero.
El relato no deja de caer en los convencionalismos del cine de luchas oriental, con culebrón amoroso incluido.

Pero Zhang Yimou, siguiendo la estela estética de Tigre y Dragón, plantea una obra visualmente llena de belleza y poesía, donde las luchas se rigen por códigos hasta filosóficos en los que el respeto y conocimiento del adversario resultan esenciales para desarrollar unas puestas en escena que rebosan magia y ensoñación.

El color como protagonista, las hojas que caen como almas inertes, las gotas de agua que marcan los tiempos del enfrentamiento, las veladuras, los atuendos, las coreografías que más que luchas son todo un recital de danza. Toda la dirección artística es única y evocadora. Momentos tiene en los que cada fotograma es de una plasticidad pictórica única en su género. Una delicia.

La trama se pone al servicio de la lucha por el poder, el amor, la traición y el respeto. Justifica dichos elementos para mostrar lógicamente parte de la idiosincrasia propia de la época, donde códigos como el honor y el conocimiento son valores fundamentales dentro de toda vida humana.
La caligrafía como metáfora de una identidad propia, doctrina a descifrar para entender el valor de la lucha y sus múltiples facetas.

Y lo mejor de todo es el universo planteado, que a pesar de resultar imposible, rebosa verdad en su transfondo, en sus personajes, sus pasiones, sus ambiciones, sus deseos y su tragedia.

Por que si de algo anda bien tratada, es en la descripción y desarrollo de toda una tragedia que alcanza a los personajes de la trama. Guiados por el amor, los celos y sus contradicciones, todos ellos contemplan un mismo final.
Y es así como se construye un imperio. A costa de las debilidades humanas que hacen del impasible conquistador, todo un villano que infunde hasta respeto.

Hermosísima película que sólo se entiende a través de su estética, la que mejor define a todos sus personajes.
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