John Malkovich encarna a un prisionero francés en la Segunda Guerra Mundial, que termina en la fastuosa residencia de Goering, el Mariscal, donde desempeña tareas menores. Su psicología es peculiar, es un hombre algo apocado que tiene una gran conexión con los chicos, cuyo mundo le interesa más que el adulto. Tan es así que, termina recalando en un castillo donde se instruye a los infantes para convertirse en obedientes nazis con preparación militar. El tema no es nuevo, y es sabido que, sobre todo en los últimos tiempos del Tercer Reich eran empleados los niños en acciones bélicas (recuérdese el film "La Caída", donde Hitler en persona condecora a un chico diciéndole que ojalá todos sus oficiales fueran como él). En este caso, se trata del castillo de un aristócrata prusiano, lo que también revela la tensión entre este sector y el hitlerismo. Malkovich tiene como misión atrapar, literalmente, a niños que, aún contra su voluntad, son introducidos para convertirse en reclutas. Hay algo de equívoco en "el ogro" sobre su relación con los chicos, pero ello no importa que sea, necesariamente, pedófilo. La película me pareció excelente, de un gran nivel artístico, muy alto, discrepo con quienes les parece simplemente algo así como satisfactoria y punto por ser un producto alemán, al contrario creo que tiene un excelente guión, actuaciones, indumentaria, intriga, suspenso y un acento poético inefable pese a la crudeza de los temas que aborda. Las actuaciones, notables.