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Chile Chile · www.elotrocine.cl
Voto de Wladimyr Valdivia:
2
Terror. Thriller Una joven de 19 años (Odette Yustman) sufre los ataques de un "dybbuk", un alma en pena de una persona muerta que ha sido expulsada del Cielo. Este dybbuk en particular tendrá la forma de un joven que falleció en el campo de concentración de Auschwitz. Junto a su novio (Cam Gigandet) y un especialista en temas paranormales (Gary Oldman), se unirá para acabar con la maldición que tan malos momentos trae a la joven. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Unborn” (título original de la cinta), dirigida y escrita por David S. Goyer (director de “Blade: Trinity” y guionista de “Batman: The Dark Knight”, entre otras), relata la historia de Casey Bell (Odette Yustman), una joven que comienza a percibir extrañas imágenes demoníacas y a tener constantes sueños con un niño fantasma como personaje recurrente. Al comenzar a indagar sobre su pasado y el de su madre fallecida hace un tiempo atrás, Casey recurre a Sendak (Gary Oldman), un rabino especialista en exorcismos, para detener a esta criatura que deambula en el limbo y que se comienza a apoderar del cuerpo de todos quienes rodean a la chica.

¿Les suena este argumento? Poca originalidad es el único concepto capaz de definir esta cinta que, de horror, tiene bastante poco. Copiando deliberadamente ciertos guiños de famosas películas de terror, “La Profecía del No Nacido” (título en español) se sostiene sobre una protagonista de nula expresividad (y cuando digo nula es NULA) pero de cuerpo y rostro perfecto, preocupada de lograr su mejor pose ante la cámara, tal cual lo hiciera también en menor grado en “Cloverfield” (2008). Su nombre es Odette Yustman y es sin duda una de las actrices más hermosas que deambula hoy por hoy en Hollywood, pero con un evidente poco talento.

Los diálogos son ridículos, los lugares y escenas son comunes a una infinidad de films del género y un conjunto de situaciones absurdas intentan ordenar todas las ideas que el director, desde su cabeza, salpicó en la pantalla consiguiendo, por lo bajo, hacernos sentir vergüenza ajena y aburrirnos durante ochenta minutos. Tome papel y lápiz y anote la receta: una protagonista demasiado linda, su mejor amiga es de raza negra y su novio sacado de un catálogo de super tienda; una amenaza sobrenatural con algunas pizcas de sustos al instante (golpe de orquesta incluido), y como guinda a la torta, un religioso como solución a todos sus problemas. Vuelvo a repetirlo ¿les suena este argumento?

No es nada contra el género, muy por el contrario, si con algo disfruto es con el terror. Por lo mismo, no cuesta mucho darse cuenta que todo es una mala tomadura de pelo y, por mi parte, nunca me ha gustado que me subestimen “cinematográficamente”. Cuesta entender que alguien como Gary Oldman decida manchar su filmografía de esta manera, con un papel lamentable, aunque sin duda, de lo mejor del film.

En términos técnicos, la cinta cuenta con efectos visuales interesantes y una que otra imagen aterradora sacada directamente del nuevo cine oriental, pero nada que no hayamos visto. Por ahí, el trabajo de fotografía y la edición de sonido -incluso el marketing asociado, donde nos ponen el trasero perfecto de la Yustman en primer plano en el afiche promocional- aprueban con lo justo.

Entonces ¿para qué comentarla? Para hacer justicia, y no fomentar los bodrios hollywoodenses pagándole el sueldo con nuestra entrada a gente tan poco talentosa que se alimenta a costa de trabajos tan mal elaborados. Quizás el director es demasiado honesto, y ojalá siga dedicándose a crear guiones tan impresionantes como el de Batman de Christopher Nolan, y asuma el ridículo que hizo detrás de cámara, que con “Scary Movie” nos basta y nos sobra.

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Wladimyr Valdivia
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